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España España · Valencia
Voto de Lombo22:
9
Drama. Comedia 'Cinema Paradiso' es una historia de amor por el cine. Narra la historia de Salvatore, un niño de un pueblecito italiano en el que el único pasatiempo es ir al cine. Subyugado por las imágenes en movimiento, el chico cree ciegamente que el cine es magia; pero, un día, Alfredo, el operador, accede a enseñarle al pequeño los misterios y secretos que se ocultan detrás de una película. Salvatore va creciendo y llega el momento en el que ... [+]
17 de octubre de 2014
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así es, pese a ser un amante del cine, y haber disfrutado de muchos de sus clásicos, como “Luces de la ciudad” (City Lights), “Casablanca”, “12 hombres sin piedad” (12 Angry Men), “Matar a un ruiseñor” (To Kill a Mockingbird) o “El golpe” (The Sting), entre muchos otros, todavía no había tenido el privilegio de ver esta extraordinaria película. Como si de un deseo cumplido se tratase, mi primera vez tenía que ser en un cine, y que mejor cine que mi querido ‘Cinestudio d’Or’, aquí en Valencia la ciudad que me vio nacer, y del mismo modo, que mejor compañía que la de una de mis mejores amigas, con la que además tengo la suerte de compartir mi amor por el cine.

Y de esta manera comenzaba una tarde inolvidable: tras comprar las entradas nos decidimos a acomodarnos en los asientos centrales, dónde solemos alojarnos cada vez que venimos a este peculiar y acogedor cine, dónde se invita a la gente a degustar de la comida y bebida que traen de sus casas a la par que de las películas que se proyectan en sesiones continuas, un cine en el que hay personas mayores que van a pasar la tarde viendo varias veces las dos películas de la semana, otras que vienen a dormir e incluso roncan, y dónde el amor por el cine se antepone al lucro.

A continuación, el proyector da rienda suelta a la historia de nuestro pequeño, descarado e intrépido Totó, nos contagia su tierna y pícara sonrisa, nos encariñamos del entrañable Alfredo, y junto a él nos enamoramos de toda la magia que desprende ese gran invento llamado cine, un lugar en el que los sueños se hacen realidad.

Pude reír, llorar, pero sobretodo, disfrutar de cada secuencia como el niño que vive todavía en mí, e ir creciendo con Totó hasta convertirme en el joven Salvatore, recordando nuestro primer gran amor y consecuente desengaño, y aprendiendo de los golpes del destino, siempre al lado del incondicional Alfredo y sus sabios consejos extraídos de célebres frases de la historia del cine (pese a que sus dos mejores reflexiones no lo sean, tales como son ‘la historia del soldado y la hija del Rey’, y una de ‘cosecha propia’ que le regala a nuestro Salvatore junto al mar).

Por último, que decir de un final que derrocha pasión por el séptimo arte (etiqueta que curiosamente fue otorgada por un crítico italiano, Ricciotto Canudo), un verdadero homenaje al que sin duda es el gran amor de Salvatore a lo largo de toda la película: el cine. Tan sólo puedo dar las gracias a Giuseppe Tornatore por hacernos este regalo en forma de largometraje, y a mi querida amiga por compartirlo conmigo en una de mis mejores tardes de cine, qué más puedo decir.
Lombo22
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