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Voto de Cinemagavia:
5
Drama Aparentemente, la vida de Mirjam, de 19 años, hijastra de un carismático pastor, es perfecta. Es campeona mundial de baile disco en estilo libre y el orgullo de su moderna iglesia evangélica. Sin embargo, su cuerpo pide ayuda. En el campeonato mundial en el que defiende su título, se desploma sobre el escenario. La solución de su familia es que ella se concentre más en su fe y, en busca de respuestas, recurre a una iglesia más estricta y conservadora.  [+]
9 de mayo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Las comunidades evangélicas radicales desde dentro

La película Disco nos muestra desde dentro como es la vida en las comunidades religiosas evangélicas más radicales. A veces, parece querer adoptar una postura casi documentalista en busca de la credibilidad, algo que no siempre consigue. Aunque el planteamiento es muy atractivo, la historia parece tener más posibilidades dramáticas de las que realmente se exploran. Foto de Filmin

A través de los ojos de la hija del pastor, asistiremos a la cotidianidad de esa comunidad religiosa. La chica también participa en competiciones de baile disco, en las que es campeona mundial. Aparentemente es la chica perfecta. Preciosa, feliz, una líder y modelo a seguir en la comunidad. Sin embargo, tras esa fachada intachable, hay una chica frágil y llena de dudas.

Pronto se adivinan los conflictos en ese mundo de luces de neón e inmaculado por la fe. La eterna búsqueda de la perfección y de la pureza en todos los ámbitos de su vida le empieza a provocar un estrés que le conduce a un trastorno bulímico. Los traumas y sospechas relacionados con posibles abusos sexuales le generan dudas de fe. Todo esto se cuenta con extremada sutileza y casi todo fuera de cuadro.

*La hipocresía de la fe cristiana

Disco reflexiona desde la introspección psicológica, sobre la hipocresía mesiánica y sobre las falsas apariencias de los ídolos de barro. Son lobos disfrazados de ovejas, como alguien dice en uno de los diálogos. La película hace un uso inteligente de esa estética visual que parece extraída de un cuento luminoso, lleno de colores pastel y purpurina, para que se adivine después toda la podredumbre moral que se oculta tras esa superficie banal.

Por el día, los sermones sobre la fe y sobre Jesús inundan las estancias como el Gran Hermano de Orwell (en la congregación hay monitores donde no deja de escucharse la voz del pastor incluso en el cuarto de baño). Por la noche, las discusiones familiares impiden conciliar el sueño. Es un mundo artificial que culpabiliza a quien lo ponga en duda. Una vida virtual donde se cuelgan fotos en redes sociales para mostrar a los demás esa felicidad impostada, tras haberse pasado la tarde vomitando o pensando en el suicidio.

*El discurso del miedo

Sin embargo, todo ese prometedor material de partida que posee Disco, se desaprovecha con una narrativa morosa y repetitiva hasta el hastío que no afronta con suficiente valentía todos los conflictos expuestos. La historia se estanca y se convierte en una sucesión de secuencias sobre la la sinrazón religiosa que anula conciencias y convierte a las personas en zombis. Resulta una exposición tan aburrida que las buenas intenciones del relato se escurren entre nuestros bostezos.

Además de la esteticista fotografía creada por Marius Matzow Gulbrandsen, que fue premiada en Göteborg, hay destacar la fría interpretación de la joven Josefine Frida Pettersen. Sus ojos cristalinos nos invitan a contemplar las tripas de esa secta que tortura psicológicamente a los feligreses, a través del discurso del miedo, para mantenerlos domesticados. Creer en Dios no es una opción, es una obligación. Pero el esfuerzo de la actriz no es suficiente. Los traumas y dilemas que desmontan sus creencias, se exponen de forma tan elíptica que no nos permite identificarnos con ella lo suficiente.

*Conclusión

Disco es un film fallido sobre la manipulación que ejerce una comunidad evangélica radical en sus feligreses. Ese lavado de cerebro se basa en la propagación del miedo y la culpabilización de las dudas de fe. La película está dirigida por la noruega Jorunn Myklebust Syversen y tiene un planteamiento tan interesante, como soporífero es su desarrollo.

Lo mejor de Disco es su atractiva apuesta visual en la que contrasta el terrorífico mundo de las sectas con una fotografía estilizada y juvenil que utiliza el color, luces de neón y purpurina, como si estuviéramos en el entorno de un cuento de hadas. También, tiene una puesta en escena curiosa basada en la elipsis y el fuera de campo. Sin embargo, el guion es endeble y no progresa suficiente en los conflictos que pone sobre la mesa.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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