*Sonrío

El chico empieza con una presentación maravillosa, que resume el espíritu de la película de la siguiente forma: “Una película que provocará sonrisas y quizá también alguna lágrima”. Una forma muy escueta de describir todo lo que nos hará sentir esta película, en tan solo 53 minutos de duración. El chico rezuma sencillez en su planteamiento, pero una gran universalidad en su trasfondo, manejando la comedia y el drama a las mil maravillas. Habré visto este film un sinfín de ocasiones a lo largo de mi vida y sigo maravillándome como la primera vez. De hecho, esta vez al verla en la gran pantalla por primera vez, Chaplin no solo ha hecho que me ría y llore de nuevo con esta historia, también me ha recordado algo que había olvidado durante meses.

Chaplin hizo acordarme de lo grande que es el cine y de lo hermosa que es la vida, pese a todas las dificultades que puedan surgir por el camino. No me lo reveló de una forma racional, sino a través de una emoción aplastante, que vivía dormitando en mí durante todos estos meses de pandemia. Durante la proyección de la película, fui capaz de poner la mente y el corazón en una misma dirección. De repente los problemas del día a día aguardaban a la salida del Cine Verdi de Madrid, dejándome en la compañía de Charlotte y el niño.

*Rio

El chico supuso el primer gran largometraje de la carrera de Charles Chaplin; una figura eterna del séptimo arte, que por aquel entonces llegó a convertirse en la personalidad más famosa del planeta. El famoso personaje de Charlotte (que fue inspirado por humoristas franceses, a los que Chaplin veneraba) tenía también mucho de él; en lo que respecta a la difícil vida que llevaba el humorista británico en la Londres, de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Durante años, Chaplin vivió en la máxima mendicidad, al punto en el que tuvo que ser ingresado en un orfanato.

Hago referencia a esta parte de la vida de Chaplin, ya que El chico representa un retrato autobiográfico del propio creador. Aquel bebe huérfano que Charlotte acaba recogiendo de la calle, es un reflejo ficticio pero fehaciente, de la difícil infancia que tuvo que atravesar el genio londinense. El chico nos habla ante todo de la importancia de una figura paterna, en la vida de un niño que empieza a abrirse paso por el mundo. Figura paterna y como veremos en el desenlace final, también materna; porque Chaplin no juzga a sus personajes, ni las decisiones que ellos acaban tomando. Es por ello, que la madre que abandona a su criatura al principio del film, no se nos presenta como una figura detestable para el espectador, sino más bien como un personaje por la cual sentimos una total empatía.

*Lloro

Nadie en la historia del cine ha conseguido aunar de una forma tan brillante la comedia y el drama, como lo hizo Charles Chaplin en sus películas. Esto no es algo que tengamos que tomar como baladí, porque todas aquellas personas que forman parte del mundo del cine, saben lo difícil que es moverse entre esas dos vertientes. El gran Ingmar Bergman (director que siempre se declaró un admirador absoluto del cine de Chaplin) afirmó muchas veces, que lo más difícil en el cine o en el teatro, es hacer reír al espectador.

El chico (como la inmensa mayoría de las películas del director) es una maravillosa mezcolanza cinematográfica, sobre lo hermosa que puede ser la vida, a pesar de todos sus infortunios. Entre tantas escenas maravillosas que tiene este film, me gustaría destacar dos escenas en particular: La del intento de arrebatar al niño a Charlotte para trasladarlo a un orfanato y la escena onírica del film.

La primera es quizás la más icónica del todo el film, que todos aquellos que la hemos visto en alguna ocasión, siempre nos ha partido en dos el corazón al verla; una escena de gran dramatismo y emotividad, que es como un puñal directo al corazón del espectador. La segunda es una escena onírica, en donde Charlotte está soñando en un mundo habitado por ángeles, donde reina la paz entre todos ellos. Es cuando se adentra lo demoniaco en esta especie de Jardín del Edén británico, cuando los seres humanos acaban corrompiéndose. Es una escena muy bien rodada para la época en la que se llevó a cabo y que siempre acaba entusiasmándome, cada vez que la veo.

*Conclusión

El chico es una maravillosa mezcolanza cinematográfica, que nos sirve a modo de recordatorio, para darnos cuenta de lo hermosa que puede ser la vida, pese a todo… Han pasado 100 años desde el estreno de esta película y sigue cautivando al público como el primer día. Una historia universal del séptimo arte, que consigue plasmar la vida en menos de una hora de metraje. Este reestreno de El chico, tiene que servir para que el público de todas las edades, vaya a disfrutar y a olvidarse por un instante, de estos tiempos tan inciertos. Qué grande era Charles Chaplin y que grande es el cine.

Escrito por Daniel Jimenez