Historia clásica

El argumento de Los hermanos Sisters no es novedoso, es bastante común del cine del Oeste: la fiebre del oro, el prestigio de los forajidos o la fundación de las nuevas ciudades y poblaciones. También otro elemento, es el de los viajes a caballo, aunque en este caso se podría tratar casi más de una road movie ambientada en el Oeste.

Pero dentro de que no es algo nuevo, sí que se trata diferente, y es el ejemplo de que el género sigue vivo, y se suma a otras grandes películas del siglo XXI como Valor de ley, Los odiosos ocho o Django desencadenado. Y se nota cierta aproximación al cine de Tarantino, con el uso del humor.

Además, se introduce un factor poco recurrente, como es el amor entre hermanos. Los Sisters nunca se separan, luchan juntos y se guardan las espaldas. Y también un elemento interesante es el de cómo se expresan los protagonistas, no hablan paleto como en muchas antiguas del género, se expresan de forma educada y cortés.

Se crean dos bandos, uno formado por Eli y Charlie Sisters, y el otro que junta a John Morris y a un buscador de oro, Hermann Kermmit Ward. Y el momento en el que se encuentren la cinta cambia radicalmente.

Actuación coral y destacable

El elenco es de mucha calidad, y ni mucho menos decepciona: Joaquin Phoenix, John C. Reilly, Jake Gyllenhaal y Riz Ahmed. Reilly se ve ante un papel protagonista como nunca antes había tenido, donde se luce; Phoenix como siempre, es un portento como actor y en este filme lo demuestra.

Es una actuación coral, donde Reilly y Phoenix tienen una gran química y están inmensos, en su rol de hermanos. Son unos asesinos, pero al mismo tiempo no parecen tan malos. Y los diálogos son reflejo de los cambios en los personajes, y están llenos de momentos de mucha gracia y mordacidad, aunque no la catalogaría de comedia.

Cuando el sonido se cuida

Si hay un apartado por el que recomiendo ir a verla es el sonido, me ha recordado mucho al Dunkerque de Christopher Nolan que brillaba notablemente en este aspecto.

El disparo de los revólveres suena atronador, así como el ruído de la tormenta o el repiquetear del fuego. El sonido está muy cuidado y se nota, ¡vaya si se nota!

Y la banda sonora también es muy destacable, sin ser apabullante, acompaña muy bien, y le da cierto empaque. Está presente, pero no trata de sobreponerse. Es obra de uno de los grandes compositores actuales de bandas sonoras, Alexandre Desplat, ganador de dos Óscar por La forma del agua y El gran hotel Budapest.

La noche más oscura y su luz

Otro aspecto a destacar es el de la oscuridad, que se le pone casi la misma atención que la categoría anterior. Nada más comenzar la cinta, es un declaración de intenciones sobre ambos temas: con una escena en completa negrura con tan solo la luz que desprende la pólvora de los disparos de los hermanos Sisters, además del sonido potente que produce. En pocas películas se ve una noche tan negra, y me ha encantado.

Recreación y fotografía sublime

Los paisajes son espectaculares, con ese Estados Unidos vírgen antes de la industrialización, con bosques inmensos donde la naturaleza era predominante. Y como curiosidad, está rodado entre España y Rumanía.

La recreación del país en 1850 es brillante, con los viajes a caballo de varios días entre poblaciones, el desplazamiento de la población hacia el Oeste en busca del oro, las vestimentas… También muy completa en este apartado.

Conclusión

Es una gran película: con notables actuaciones, un uso de la luz y el sonido muy cuidado, una recreación, fotografía y diálogos geniales. Merece la pena ir a verla al cine.

Incluso si no eres muy fan del wéstern, puedes disfrutar de ella. Se puede ver como un filme de aventuras, en el que un viaje cambiará a los dos protagonistas y nada volverá a ser como antes para ellos.

Escrito por José Luis Arribas Gala
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