Esta entrega final de la trilogía no es muy diferente a la segunda película, a pesar de que es una historia derivada, pero se mantiene adentro del universo de “Dungeons & Dragons” por el material original que uso de referencia y es una adaptación que, de cierta forma, está más apegada a ella y es una mejora para la franquicia. Esta película utiliza uno de los libros oficiales de la franquicia como referencia y al igual que el libro, esta película se orienta a un público mucho más maduro. La segunda película tiene también un tono más oscuro y maduro, esta tercera película también lo tiene, pero es mucho más adulta. Llega incluso a tener un cierto tono terrorífico que es muy característico de la edad oscura. Al ser producida por After Dark Films, que fue responsable de la serie de películas “8 Films To Die For”, se trata de una película para video mucho más decente y un poco mejor manejada. El presupuesto aquí también es moderado, pero la historia se encarga de todo. La producción, el vestuario y hasta el elenco son aceptables. Simplemente, es fascinante toda la cruzada que Grayson que atravesar para salvar a su padre teniendo que sacrificar sus votos de caballero. Si esta película hubiese sido hecha por un estudio más profesional, hubiera sido la mejor entrega de la franquicia, pero es una suerte que After Dark Films se haya encargado de producirla porque este estudio ha hecho películas de formato casero bastante decente en su mayoría a pesar del presupuesto. Con muchos elementos más hubiese sido una película excelente, pero por suerte es la adaptación más aceptable de la trilogía dependiendo que tan fanático se puede ser de “Dungeons & Dragons”. Mi calificación final para esta película es un 8/10.