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Voto de Nico:
3
3 de noviembre de 2014
28 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vi que podía ver juntos en pantalla a Klaus Kinski y Romy Schneider Realmente me ilusioné.
Kinski, el terremoto. El actor antes que humano. La locura en el escenario. La aceleración de 0 a 200 en 10 segundos y la contención absoluta en la lucha contra el personaje y el mismo. El fenómeno intratable, el demonio prodigioso.
Schneider, el huracán. O también, la tierra por donde pasó uno. La desolación, el teatro desgarrado, el telón en llamas y la bomba de tiempo que nunca estalla y que te deja con los dientes apretados. El corazón en los ojos y el peso de cien barcos en los hombros.
Y sin embargo al servicio de un guión vacío y flojo. Un despropósito plagado de situaciones absurdas y delirios de intelectualidad. Personajes insoportables que desfilan frente a la pantalla sin ton ni son. Sentimientos que nunca llegan a convencer y situaciones que directamente ni sabemos que está pasando o para que están. Queriendo, o acercar su locura a un cine mas corriente, o bien alejar el cine corriente a través de su locura, se queda a mitad de camino y no es ni una ni la otra.
Le llevo tiempo a Zulawski parece, aprender a usar sus ideas, a darles forma. A desplegarlas pero al servicio de una película decente, de una trama, de un contenido. Como si creo que lo hace en "Possession" de 1981.
En fin, el huracán y el terremoto están ahí. Pero realmente es un desperdicio.
Kinski, el terremoto. El actor antes que humano. La locura en el escenario. La aceleración de 0 a 200 en 10 segundos y la contención absoluta en la lucha contra el personaje y el mismo. El fenómeno intratable, el demonio prodigioso.
Schneider, el huracán. O también, la tierra por donde pasó uno. La desolación, el teatro desgarrado, el telón en llamas y la bomba de tiempo que nunca estalla y que te deja con los dientes apretados. El corazón en los ojos y el peso de cien barcos en los hombros.
Y sin embargo al servicio de un guión vacío y flojo. Un despropósito plagado de situaciones absurdas y delirios de intelectualidad. Personajes insoportables que desfilan frente a la pantalla sin ton ni son. Sentimientos que nunca llegan a convencer y situaciones que directamente ni sabemos que está pasando o para que están. Queriendo, o acercar su locura a un cine mas corriente, o bien alejar el cine corriente a través de su locura, se queda a mitad de camino y no es ni una ni la otra.
Le llevo tiempo a Zulawski parece, aprender a usar sus ideas, a darles forma. A desplegarlas pero al servicio de una película decente, de una trama, de un contenido. Como si creo que lo hace en "Possession" de 1981.
En fin, el huracán y el terremoto están ahí. Pero realmente es un desperdicio.