Muchos recuerdan con cariño el clásico animado de 1991 de La Bella y la Bestia, el realizar la adaptación de live action traía dos principales quebraderos de cabeza: el homenajear a la cinta original sin que pareciera una copia insulsa y el traer un nuevo enfoque y novedades sin que destrozara el canon establecido.

Era un reto muy grande al que se ha encomendado Bill Condon y el resultado ha sido una película llana que tiene tanto buenas como malas decisiones artísticas.
Se han añadido diálogos, escenas o dinámicas de personajes que han resuelto cabos sueltos de la versión animada como puede ser el tema de que los habitantes de una aldea hayan olvidado por completo un castillo habitado por reyes en pocos años, la nieve en pleno verano, etc.

Algunos añadidos se han concebido para dar mayor trasfondo al pasado de los protagonistas pero sin embargo no aportan pinceladas o mayor complexión que no tuviera ya la cinta animada, por lo que estos flashbacks entorpecen el ritmo de la película.

El tema de personajes es curioso, algunas caracterizaciones están muy bien logradas pero en algunos falta algo de frescura y dinamismo que si tenía la cinta original. Aunque me encanta Emma Watson, no logro verla como Bella o al menos no me transmite esa personalidad característica.

Luke Evans tiene un buen porte como Gastón pero difiere mucho del original.
El Gastón animado junto con Hades (de Hércules), es de mis villanos favoritos de Disney. Es un villano paleto con arrogancia, es divertido a la par que intimidante y es peligroso porque representa como algo como la ignorancia o el miedo puede ser peligroso si se transmite como un valor aceptable en esta sociedad.
El Gaston de Evans en esta versión le falta arrogancia, más narcisismo (estamos hablando de un tío que dice: “reconozco que soy algo impresionante”).
Aquí es más contenido y para mi gusto le veo más sádico que en la original.

Se ha ahondado en algunos personajes secundarios dando resultados dispares, tanto buenos como malos.
Se agradece la decisión de dar mayor peso y evolución al personaje de LeFou y se nota que Josh Gad se lo pasa bien con su personaje.

Otro punto a favor es el tema de los sirvientes donde aquí se aprecia el drama en cómo ha afectado el hechizo en su vida diaria; dándonos sirvientes desesperados, dudosos y sobre todo esperanzados, factor que la versión de animación no profundizaba. Aquí tanto Ewan McGregor como Emma Thompson están con unos papeles dados como anillo al dedo, tanto actoral como musicalmente hablando.

Tristemente también hay personajes desaprovechados o que se siente introducidos de una manera forzada o no correcta. El personaje de Agatha intenta dar trasfondo a la trama de la película pero en algunas escenas se siente como intrusivo e incluso incita a plantear más preguntas no resueltas.

Luego hay talentos de grandes actores algo desperdiciados como Sir Ian Mckellen como Din Don apareciendo de manera reducida o el caso más sangrante de Stanley Tucci como el piano Cadenza, personaje nuevo que apenas aporta nada a la trama de la película.

El diseño de producción es precioso y tiene una bonita fotografía que lo destaca aunque algunas decisiones artísticas se quedan en oportunidades perdidas como puede ser diseños de personajes o algunos escenarios (La biblioteca o el salón de baile daban para más)
En cuanto a al tema de escenografía falta mucha chispa. Algunas coreografías son muy básicas y faltan esos pequeños detalles que necesita todo buen musical. No hay planos que destaquen. Y el tema de las canciones es un caso de comer aparte.
Las canciones lucen correctas pero en algunas ocasiones han añadido detalles que entorpecen el ritmo de la melodía y a veces se escuchan algo atropelladas. Se agradecen que no sean simples covers pero tampoco se sienten frescas.
También se han añadido canciones adicionales , algunas ayudan mucho a la narración añadiendo trasfondo a los personajes pero sin embargo no llegan a ser igual de icónicas o pegadizas como las originales, sintiéndose más como relleno.

El conglomerado de la película nos deja una historia a la que han tratado con cariño, respeto por la nostalgia de la original y se aprecia la labor de ahondar en conceptos y personajes de la anterior de animación. Ha habido decisiones arriesgadas en las que se ha acertado de lleno: dar una dinámica empoderada a Bella, un pueblo menos caucásico e interactivo o un aura intelectual y romántica a Bestia funciona correctamente.
Otras decisiones de añadidos, trasfondo o ejecución de escenas han patinado comparando con escenas ya clásicas de la original y a veces se sienten extrañas o fuera de lugar.

En conclusión, esta entretenida versión engatusará la nostalgia descafeinada de los que crecimos con este clásico. Gustará a las nuevas generaciones y les aportará buenos valores pero le falta mucha inventiva respecto a su homologo animado.