He aquí la clase de película en la que el conjunto es más importante que la singularidad que conforma cada escena, como si de una metáfora de la vida se tratara. Reconozco que cuando empecé a ver la película para nada me hubiera imaginado el viaje que me esperaba, de hecho, no tenía ni el menor atisbo de que fuera una Road Movie, ni de que me fuera a dejar poso.

Comienza con una presentación caótica pero lógica de los dos protagonistas, en la que se nos presentan en sus respectivos entornos, tan distintos entre sí, pero que para nada son impedimento para que haya una complicidad de la que nos sentimos partícipes poco a poco. Sí, es cierto que la jerga al principio no es lo más audible del mundo, pero cuando van pasando los minutos el oído de uno se le adapta y no ha de afinarlo, como en cualquier película argentina, por ejemplo. Y a mí, el que digan multitud de tacos me parece perfecto. Son adolescentes hormonados, y para colmo, mexicanos. ¿Qué esperáis que digan?

Aquí pongo un punto y aparte para el contrapunto perfecto de la película, que es Luisa, interpretada por Maribel Verdú. Da el equilibrio adecuado a la locura de Julio y Tenoch. Su serenidad y ganas de vivir hacen mella en ellos y se ve patente a lo largo del metraje.

La película realmente empieza cuando se embarcan en ese viaje a ninguna parte, donde no importa el final, sino el durante. Aquí es donde Cuarón da una clase magistral de dirección, donde pone un sinfín de planos llenos de riqueza visual, nos lleva por ese país lleno de vida que es México, con toda su desigualdad patente. De fondo, esos diálogos intrascendentes pero que son magníficos…ríes con ellos y tampoco esperas que ellos lleguen a su destino. Toda Road Movie ha de hacer que los personajes se embarquen en un viaje en el que haya un cambio gradual en su personalidad, haciendo ver que ese viaje no es sólo físico. ‘Y tu mamá también’ lo hace con creces.

Para finalizar me quedo con una de las escenas finales donde no paran de brindar, todo ello grabado en una sola toma, sin un solo corte. Yo me imaginaba allí, con tequila, brindado por Jano, por México Lindo, por los clítoris y por Tu Mamá También.

Por que al final la vida son experiencias que, por aparentemente intrascendentes que puedan ser, nos cambian para siempre.