"Kill Bill" tiene una más que aceptable banda sonora (aunque por momentos es insoportable); tiene algunas buenas escenas del mejor cine de acción; un torrente de color que deslumbra; Uma Thurman sale muy atractiva y tiene un toque a lo Leone (aunque poco) que le hace interesante pata todos los seguidores acérrimos del director romano y en definitiva la película tiene algunas otras cosas más de interés.

Pues todo ello no justifica que el señor Tarantino haya estado cuatro años dándole a la consola y que sea un psicópata. Lo sentimos pero esta carroña sólo puede ser devorada por buitres.

Eso sí, con "Kill Bill 2" la cosa cambia y Tarantino recupera el norte. Pero esta primera parte no es solamente olvidable sino repudiable y físicamente destruíble.