Una de las sorpresas más agradables de estos últimos meses ha sido sin lugar a dudas “Soy leyenda”. No esperaba gran cosa y sin embargo, como las buenas películas apocalípticas ha sabido transmitir lo principal. Soledad, tristeza y emoción.

Es cierto que tiene muchas concesiones al público adolescente. Quizás demasiadas. Sobran monstruos con mala uva subiendo paredes, persecuciones imposibles y numeritos circenses. Pero es Hollywood, no el neorrealismo de Rossellini.

Por eso me quedo con lo que me gusta que es mucho. Toda esa primera parte sin prisa, con una magnífica muestra de lo que puede ser una relación entre un animal y un hombre. Probablemente sólo puedan entenderla los que han tenido una mascota durante años y convivido diariamente, y saber que la perdida que se padece es irremplazable y el dolor que se siente indescriptible.

Además de eso la comida, el vídeo club, las calles, los programas de la tele...ese día a día de un hombre sólo está maravillosamente retratado y filmado, en un Nueva York que huele a autenticidad y que es otro personaje más, aunque esté vacío y muerto.

Por cierto Will Smith se ha hecho actor. Su mejor papel desde “Alí”. Los años le han sentado bien. Si empieza a seleccionar los papeles mejor, acabará con un Oscar.

Este es un ejemplo de que se puede dar espectáculo y a la vez no se es sólo superficial en las tramas. Que cunda el ejemplo y que se vaya construyendo un cine de acción o ciencia-ficción un poco más maduro, no pido mucho, creo que los jóvenes debían ser los primeros en reivindicarlo.

Un apunte más. Hay que premiar el buen gusto de Francis Lawrence, escoger a Bob Marley es un punto más. Ya no digamos que haga sonar ese “Redemption Song” en los títulos de crédito, sin lugar a dudas una de las mejores canciones de todos los tiempos.