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Voto de irian hallstatt:
8
Intriga. Drama Georges es el típico burgués: presenta un programa literario en televisión y lleva una vida acomodada con su mujer y su hijo adolescente. Pero, de repente, empieza a recibir unos paquetes anónimos que contienen cintas de vídeo, grabadas desde la calle, y unos dibujos inquietantes cuyo significado es un misterio. No sabe quién se los envía; pero las secuencias que aparecen en las cintas son cada vez más personales, lo que parece indicar ... [+]
18 de febrero de 2007
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
* En “Caché” nos encontramos al mejor y al peor Haneke, es decir, al Haneke más lúcido y también al que tiene más mala uva. De entrada, debido a la premisa de la que parte la historia, “Caché” puede parecernos un film de suspense que vaya a amoldarse a patrones convencionales, pero el desasosiego que sin causa aparente pronto comienza a atenazarnos nos pone sobre aviso, recordándonos que es Haneke quién se encuentra tras todo ello, y que nada convencional puede salir de la cabeza de este hombre.
Pronto nuestras elucubraciones e hipótesis, nuestro adelantar acontecimientos siguiendo una ruta de derroteros tradicionales debe dar paso a la perspectiva más amplia que exige el cine de este director, y a un estado más receptivo que nos ayude a soslayar tópicos, y que, para bien o para mal, nos convierta en grandes dianas, objetivo de las estocadas del director, pues “Caché” es una sofisticada patada en la entrepierna moral.

* Se pone a los personajes en situaciones en que deben enfrentarse a su cara más vil y amarga, como ante un espejo trucado, y se les pide que reaccionen ante esta realidad de la que deben tomar conciencia, en lugar de ignorarla con la esperanza de que se extinga; pero siempre perdura; todo muy dinámico y psicoanalítico.



* La progresiva degradación y envilecimiento de la familia ideal con la que en principio simpatizamos, y de la que de entrada nos compadecemos; el vuelco drástico producido en nuestra valoración de los personajes; la pronta ausencia de asidero para nuestros juicios de valor, y el hecho de que, más que en ninguna otra de sus películas, siempre dentro de su plan, Haneke dinamite y mutile la narración, todo esto va creando una atmósfera espantosa y alarmante, que acorrala y asfixia, y que sin dar tregua, una vez inoculado el malestar brutal, nos empuja hacia un abismo interior, porque los personajes (lo mismito que nosotros) no saben enfrentarse a si mismos.

* La reflexión de Haneke, dentro de lo que el cine permite, en tan intensa que duele; y no estamos ante una barata exposición de ideas de rastrillo de domingo, muy común en el llamado “cine social”, que apela a los sentimientos, y ni ilumina ni estremece realmente nada; esto es cine cerebral, quirúrgico y cruel.
irian hallstatt
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