No quiero parecer soberbia y además pecar de farisea. Ante todo reconozco que mi spanglish mal hablado es cómo mínimo de segunda división. Pero por si alguien anda aún más perdido que yo en la lengua anglosajona, recordaré que “Feast” viene a ser un banquete. Un festín.

Empecemos por decir que eso de “Atrapados” sobra. Como sobra ese calco con filosofía pseudo-religiosa de la que nos ocupa (AKA “Legión”). “Feast” resume perfectamente lo que vamos a encontrar en este sorprendente film de segunda fila. Durante escasos pero bien aprovechados 78 minutos asistimos a todo un festín de vísceras, gore, monstruos, muertes, mucha acción, pero sobretodo PERSONALIDAD.

Porque, ¿por qué hemos de engañarnos? Original no es. Pero es un ejemplo perfecto de cómo explotar de manera satisfactoria todo tipo de clichés y estereotipos. Porque ese bar infestado de personajes cortado cada uno por un patrón ya visto ofrece a cambio carisma en los mismos. Y muchas sorpresas en las muertes, en gran medida también gracias a una presentación que toma esos estereotipos y nos indica exactamente el período vital que supuestamente tendrá coincidiendo con lo que cómo espectador curtido esperamos.

No hay tiempo para preliminares en “Feast”. Aquí cómo polvo de una noche, vamos a lo que vamos. Cómo en el sexo rápido, no hay conceptos morales que valgan: la tensión en general saca de nosotros nuestros deseos más primarios, sin demasiados miramientos sobre el después o lo que impone la ética universal (AKA, ética yankee). Así que por fin veremos algo de realismo en una película del género: en lo que consiste la supervivencia es en salvar nuestro jodido culo. Por fin. Sin moralejas finales.

Además el film se adereza con un cojonudo sentido del humor para suplir faltas de presupuesto evidentes… Sigue la tradición, incluyendo sexo desenfrenado en momentos de tensión, pero esta vez se agradece que la payasada hormonal no venga orquestada por adolescentes gilipollas. De hecho viene por parte de quién menos lo esperas. Cómo mínimo, hilarante.

Y entonces… ¿Qué le falta a “Feast”? Pues ni yo sabría explicarlo. Ni en mi lengua natal ni en mi particular spanglish. Se trata quizá de lo vacuo de la propuesta. Refresca pero no sabe a nada. Y es de las pocas veces en las que acepto que la propuesta no podía dar más de sí. Pero esto no disculpa su pobreza.

Aún así, lo que aquí tenemos ocurre muy pocas veces. Es disfrutar de comida rápida de calidad entre tanta oferta podrida. Hay que darle una oportunidad a “Feast”… Y hasta tres, pues finalmente se trató de una triología. Recomendable, muy recomendable.