De nuevo toca depresión al finalizar una gran serie... El estudio que hace de la mente de los psicópatas es brillante; hacía falta algo así, de verdad que si. Y no solo nos abre la mente de un asesino, sino la del ser humano en general. Es bestial la profundidad que tiene esta serie.
Ha tenido dos temporadas grandiosas, de lo mejorcito que ha dado la televisión (la primera y la cuarta); una temporada normalucha tirando a mala (la segunda) y otras cinco temporadas bastante buenas, con algún que otro bajoncillo, pero bueno. En general, ha sido una serie enorme, que no deja indiferente a nadie. Un guión brillante (con algunos gambazos, todo hay que decirlo), un personaje atípico bastante complejo (algo de agradecer, por DIos!!) y un elenco de secundarios que engrandecen la trama; además, junto a Dex, casi como coprotagonista, nos encontramos a otro personaje grandioso, Debra (odiada por muchos, pero amada incondicionalmente por mi: hacia falta ya un personaje femenino de verdad, que no fuera la simple niña tontita, buenorra y modosita que estuviera ahí para poner cachondos al personal. Que fuera un personaje intrincado, con dobleces, de verdad. Y eso es lo que ha sido Deb). El final que ha tenido la serie... ni fu ni fa. Podría haber sido mejor, eso está claro