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Voto de Manospondylus:
8
2020
Jon Favreau (Creador), Jon Favreau ...
7,9
20.625
Serie de TV. Ciencia ficción. Aventuras. Acción
Serie de TV (2020). 8 episodios. Segunda temporada de "The Mandalorian". La criatura conocida como "El niño" sigue perdida en la galaxia, y el mandaloriano hace todo lo posible para devolverlo a su hogar. (FILMAFFINITY)
18 de enero de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras una gran primera temporada y ya con los personajes principales presentados y asentados, esta segunda temporada del space western de Jon Fraveau dentro del universo de fantasía espacial de Star Wars puede centrarse en avanzar la historia de Mando y el Niño, y en explorar y expandir el vasto lore de Star Wars en una producción muy cuidada en todos sus apartados, entretenida y con algún momento que resulta hasta emotivo, que es más de lo que se puede decir de la trilogía de secuelas.
Esta tanda de 8 capítulos continúa con los viajes de Din Djarin (aka "Mando") y Grogu (aka "el Niño", conocido popularmente como Baby Yoda) por la galaxia bajo la amenaza de los remanentes del Imperio con Moff Gideon (y su sable oscuro) al frente. Una aventura que mantiene el espíritu de western de la primera temporada (algo característico de la trilogía original) recuperando el misticismo que define a la franquicia representado por la Fuerza (inciso: Star Wars es fantasía), dando forma a una epopeya espacial en busca de los Jedi mientras se va forjando un estrecho y entrañable vínculo paternofilial entre Mando y el Niño, y que enlazará de diversas formas y con distintas intensidades con otras muchas tramas y personajes de este amplio universo.
Por supuesto, encontramos múltiples conexiones con la trilogía original (normal, pues se ambienta sólo cinco años después), pero también con las precuelas (a menudo olvidadas), las secuelas (quien sabe, quizá hasta las mejore un poco), las series de animación The Clone Wars y Rebels e incluso el spin-off Rogue One. Sin embargo, esto trae un pequeño problema (para alguna gente) que no presentaba la primera temporada, que es que, aunque The Mandalorian sigue funcionando (hasta cierto punto) como serie independiente, empieza a ser necesario el visionado de otras obras para entender completamente el contexto y ciertos detalles de la historia y el lore. De todas formas era algo esperable y nunca se ocultó que esto no fuera otra cosa que una serie para fans.
A causa de lo anterior, obviamente hay abundante fanservice, pero siempre pertinente y coherente con lo que nos está contando, es decir, del tipo de la justificada aparición de Darth Vader en Rogue One, lo que me lleva además al hecho de que la escena más descaradamente orientada hacia el fanservice de esta temporada es un reflejo de la escena más descaradamente orientada hacia el fanservice de Rogue One, y funciona tan bien aquí como en esa película al cumplir también en ambos casos con un propósito narrativo y argumental, por lo que están lejos de ser momentos tan gratuitos como pueden parecer en un primer vistazo y simplemente se ha aprovechado para hacerlos más molones. O lo que es lo mismo: tenemos fanservice que cumple con su función de agradar.
The Mandalorian presenta un par de planteamientos interesantes, como el hecho de que humaniza a los enemigos, desde las fuerzas imperiales (para ser justos, la trilogía de secuelas lo intentaba con los troopers de la Primera Orden, como Finn y Jannah, pero aquí se logra sin cambiarlos de bando) a los bandidos Tusken, pero tampoco es una serie que pretenda darle la vuelta a todo o arriesgue demasiado. Ni lo necesita. Fraveau muestra un respeto absoluto por Star Wars (y sus fans) sin recurrir a copiar los esquemas e ideas de las películas originales una y otra vez, y se mueve por una zona familiar para desarrollar una trama sencilla, también con subtramas episódicas, que poco a poco se va complicando (no mucho) y conectando con otros productos de la franquicia de una forma tan natural que a veces pasa casi desapercibida. Por ejemplo, puede permitirse el lujo de aludir a los midiclorianos sin que nadie se lleve las manos a la cabeza.
Además, el diseño de producción es colosal y muchas veces parece que estamos viendo una película de alto presupuesto (aunque eso es algo a lo que nos hemos acostumbrado desde Juego de Tronos), Pedro Pascal es expresivo incluso con la cara cubierta, Favreau y los demás directores (Filoni, Reed, Dallas Howard, Weathers, Famuyiwa y sobre todo Robert Rodriguez) dan la talla y la acción está bien rodada, desde los duelos de pistola, que nos retrotraen a los referentes de Star Wars, y las peleas cuerpo a cuerpo, con espada láser o lanza de beskar, mejor coreografiadas que cualquiera de los duelos de la trilogía original (las limitaciones de la época) y de la de secuelas (aquí poca excusa hay), a las escenas con naves. Y también vuelve el efecto de sonido más alucinante de la franquicia.
Evidentemente no todo es perfecto. El guion es un poco el paraíso de la conveniencia en lo que a encuentros se refiere pese a andar moviéndose por una galaxia, pero esto es algo a lo que hay que acostumbrarse en Star Wars porque lleva ocurriendo desde sus inicios. Más de lo mismo con el tema de la ineptitud de los stormtroopers, pues lo que desentonaría sería lo contrario. Tampoco se libra del recurrente cliché sobre la ayuda que llega en el último momento, un golpe de efecto que mucha gente considera un deus ex machina, aunque no lo es siempre y cuando no rompa las normas de la propia obra y aquí incluso se han preocupado por anticipar la llegada de dicha ayuda en el mismo episodio o en alguno anterior (introduciendo previamente a los personajes que van a aparecer, enviando un mensaje...).
Como he adelantado, estas series también sirven para aclarar lo que quedó pendiente en la trilogía de secuelas (obviando enciclopedias, novelas, cómics y novelizaciones que no interesan a todo el mundo), como puede ser el ascenso de la Primera Orden y alguna que otra cosa más que me callaré por los sopilers, lo que no es malo en sí (al contario), pero deja un poco la inevitable y amarga sensación de que se intenta parchear la trilogía de secuelas desesperadamente como última opción para salvarla del linchamiento de los fans que piden borrarla del canon (lo que no va a hacerse y menos tras la prematura muerte de Carrie Fisher).
(Sigue sin spoilers)
Esta tanda de 8 capítulos continúa con los viajes de Din Djarin (aka "Mando") y Grogu (aka "el Niño", conocido popularmente como Baby Yoda) por la galaxia bajo la amenaza de los remanentes del Imperio con Moff Gideon (y su sable oscuro) al frente. Una aventura que mantiene el espíritu de western de la primera temporada (algo característico de la trilogía original) recuperando el misticismo que define a la franquicia representado por la Fuerza (inciso: Star Wars es fantasía), dando forma a una epopeya espacial en busca de los Jedi mientras se va forjando un estrecho y entrañable vínculo paternofilial entre Mando y el Niño, y que enlazará de diversas formas y con distintas intensidades con otras muchas tramas y personajes de este amplio universo.
Por supuesto, encontramos múltiples conexiones con la trilogía original (normal, pues se ambienta sólo cinco años después), pero también con las precuelas (a menudo olvidadas), las secuelas (quien sabe, quizá hasta las mejore un poco), las series de animación The Clone Wars y Rebels e incluso el spin-off Rogue One. Sin embargo, esto trae un pequeño problema (para alguna gente) que no presentaba la primera temporada, que es que, aunque The Mandalorian sigue funcionando (hasta cierto punto) como serie independiente, empieza a ser necesario el visionado de otras obras para entender completamente el contexto y ciertos detalles de la historia y el lore. De todas formas era algo esperable y nunca se ocultó que esto no fuera otra cosa que una serie para fans.
A causa de lo anterior, obviamente hay abundante fanservice, pero siempre pertinente y coherente con lo que nos está contando, es decir, del tipo de la justificada aparición de Darth Vader en Rogue One, lo que me lleva además al hecho de que la escena más descaradamente orientada hacia el fanservice de esta temporada es un reflejo de la escena más descaradamente orientada hacia el fanservice de Rogue One, y funciona tan bien aquí como en esa película al cumplir también en ambos casos con un propósito narrativo y argumental, por lo que están lejos de ser momentos tan gratuitos como pueden parecer en un primer vistazo y simplemente se ha aprovechado para hacerlos más molones. O lo que es lo mismo: tenemos fanservice que cumple con su función de agradar.
The Mandalorian presenta un par de planteamientos interesantes, como el hecho de que humaniza a los enemigos, desde las fuerzas imperiales (para ser justos, la trilogía de secuelas lo intentaba con los troopers de la Primera Orden, como Finn y Jannah, pero aquí se logra sin cambiarlos de bando) a los bandidos Tusken, pero tampoco es una serie que pretenda darle la vuelta a todo o arriesgue demasiado. Ni lo necesita. Fraveau muestra un respeto absoluto por Star Wars (y sus fans) sin recurrir a copiar los esquemas e ideas de las películas originales una y otra vez, y se mueve por una zona familiar para desarrollar una trama sencilla, también con subtramas episódicas, que poco a poco se va complicando (no mucho) y conectando con otros productos de la franquicia de una forma tan natural que a veces pasa casi desapercibida. Por ejemplo, puede permitirse el lujo de aludir a los midiclorianos sin que nadie se lleve las manos a la cabeza.
Además, el diseño de producción es colosal y muchas veces parece que estamos viendo una película de alto presupuesto (aunque eso es algo a lo que nos hemos acostumbrado desde Juego de Tronos), Pedro Pascal es expresivo incluso con la cara cubierta, Favreau y los demás directores (Filoni, Reed, Dallas Howard, Weathers, Famuyiwa y sobre todo Robert Rodriguez) dan la talla y la acción está bien rodada, desde los duelos de pistola, que nos retrotraen a los referentes de Star Wars, y las peleas cuerpo a cuerpo, con espada láser o lanza de beskar, mejor coreografiadas que cualquiera de los duelos de la trilogía original (las limitaciones de la época) y de la de secuelas (aquí poca excusa hay), a las escenas con naves. Y también vuelve el efecto de sonido más alucinante de la franquicia.
Evidentemente no todo es perfecto. El guion es un poco el paraíso de la conveniencia en lo que a encuentros se refiere pese a andar moviéndose por una galaxia, pero esto es algo a lo que hay que acostumbrarse en Star Wars porque lleva ocurriendo desde sus inicios. Más de lo mismo con el tema de la ineptitud de los stormtroopers, pues lo que desentonaría sería lo contrario. Tampoco se libra del recurrente cliché sobre la ayuda que llega en el último momento, un golpe de efecto que mucha gente considera un deus ex machina, aunque no lo es siempre y cuando no rompa las normas de la propia obra y aquí incluso se han preocupado por anticipar la llegada de dicha ayuda en el mismo episodio o en alguno anterior (introduciendo previamente a los personajes que van a aparecer, enviando un mensaje...).
Como he adelantado, estas series también sirven para aclarar lo que quedó pendiente en la trilogía de secuelas (obviando enciclopedias, novelas, cómics y novelizaciones que no interesan a todo el mundo), como puede ser el ascenso de la Primera Orden y alguna que otra cosa más que me callaré por los sopilers, lo que no es malo en sí (al contario), pero deja un poco la inevitable y amarga sensación de que se intenta parchear la trilogía de secuelas desesperadamente como última opción para salvarla del linchamiento de los fans que piden borrarla del canon (lo que no va a hacerse y menos tras la prematura muerte de Carrie Fisher).
(Sigue sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Los efectos visuales de esta serie son un tema curioso. Se emplean efectos prácticos que parecen sacados de 1983, pero no quedan mal del todo pese a verse anticuados. Por otra parte, aunque solvente, el acabado del CGI no siempre es tan bueno como el de las secuelas (lo que tiene sentido por cuestiones de presupuesto), especialmente con personajes, pero tampoco se abusa mucho de estos; hay un humano CG fotorrealista al estilo de Tarkin en Rogue One (aunque la técnica se parecería más a lo visto en El Irlandés) y si bien queda peor integrado en la imagen (cosa de la iluminación) tampoco es algo que moleste. Al menos se han mejorado los ojos del uncanny valley que parecen mirar al infinito tan característicos de los humanos digitales, aunque falta pulir la animación de la boca cuyos movimientos siguen sin ser naturales del todo.
Y por último toca hablar de algo tan importante en Star Wars como lo es su banda sonora. Es difícil concebir la saga sin la legendaria música de John Williams, pero Ludwig Göransson ha creado, en un estilo diferente y con una instrumentación que va más allá de la orquesta sinfónica, un tema principal igualmente icónico que comienza evocando a la música de Ennio Morricone para una película de Sergio Leone y se termina transformando en algo más parecido al trabajo de Williams. Además, cuando procede, pueden escucharse ciertos temas de las películas, como el inconfundible tema de la Fuerza. No será insuperable, pero, anime aparte, pocas series pueden presumir de una música incidental tan rica y potente (de nuevo, se me ocurre Juego de Tronos); y, por supuesto, siempre ayuda mucho a la ambientación e incluso en algunos momentos logra destacar sobre la imagen. El tema principal (que conforma el leitmotiv de Mando) es el motivo por el que tanta gente deja los créditos (eso y el espectacular arte conceptual que suele acompañarlos) y es ya un tema tan representativo de Star Wars como el mismísimo tema de Luke.
Concluyo confesando que he esperado un mes para escribir esta reseña para no dejarme llevar por el hype tras el final de temporada, y es ahora cuando puedo decir sin condicionamientos que The Mandalorian es lo mejor que ha dado Star Wars desde el Episodio V. No sólo ha reconciliado a muchos fans con la franquicia, al menos con la era Disney (de hecho quería escribir algo positivo después de la decepción por el Episodio IX), sino que demuestra que Star Wars aún tiene un potencial enorme como uno de los universos de fantasía más grandes y complejos que se han creado (insisto, ciencia ficción son Interstellar o Jurassic Park; Star Wars es espada y brujería en el espacio y eso no la hace peor en absoluto, al contrario, la fantasía es un género que merece más reconocimiento, al menos siempre que da una buena obra y no sólo en animación a la que se le puede y suele colgar la etiqueta de infantil). Favreau, Filoni y compañía han logrado algo que parecía imposible en una franquicia que pasaba por su peor momento, así que sólo puedo decir: J. J. Abrams, Rian Johnson, ¿tan difícil era?
Aspectos positivos: Diseño de producción. Los personajes principales, destacando el dúo Din Djarin y Grogu. La banda sonora, especialmente el inconfundible tema principal. Muchos momentos alcanzan un nivel de epicidad que no se veía en la franquicia desde hacía muchos años. Lejos de lanzarse a meter referencias forzadas, lo oportuno del fanservice. Y, sobre todo, el amor que se demuestra por Star Wars sin recurrir a copiar la misma fórmula.
Aspectos negativos: Hay algunas escenas que podrían mejorar mucho con muy poco (como pequeñas mejoras en el CGI). Aunque funciona bien en sí misma (obviamente habiendo visto la temporada anterior), para entender bien a algunos personajes y subtramas es necesario conocer las películas, The Clone Wars y Rebels. Después de una impecable presentación al final de la temporada anterior, Moff Gideon no termina siendo un antagonista tan memorable como apuntaba.
Puntuación: 8
Y por último toca hablar de algo tan importante en Star Wars como lo es su banda sonora. Es difícil concebir la saga sin la legendaria música de John Williams, pero Ludwig Göransson ha creado, en un estilo diferente y con una instrumentación que va más allá de la orquesta sinfónica, un tema principal igualmente icónico que comienza evocando a la música de Ennio Morricone para una película de Sergio Leone y se termina transformando en algo más parecido al trabajo de Williams. Además, cuando procede, pueden escucharse ciertos temas de las películas, como el inconfundible tema de la Fuerza. No será insuperable, pero, anime aparte, pocas series pueden presumir de una música incidental tan rica y potente (de nuevo, se me ocurre Juego de Tronos); y, por supuesto, siempre ayuda mucho a la ambientación e incluso en algunos momentos logra destacar sobre la imagen. El tema principal (que conforma el leitmotiv de Mando) es el motivo por el que tanta gente deja los créditos (eso y el espectacular arte conceptual que suele acompañarlos) y es ya un tema tan representativo de Star Wars como el mismísimo tema de Luke.
Concluyo confesando que he esperado un mes para escribir esta reseña para no dejarme llevar por el hype tras el final de temporada, y es ahora cuando puedo decir sin condicionamientos que The Mandalorian es lo mejor que ha dado Star Wars desde el Episodio V. No sólo ha reconciliado a muchos fans con la franquicia, al menos con la era Disney (de hecho quería escribir algo positivo después de la decepción por el Episodio IX), sino que demuestra que Star Wars aún tiene un potencial enorme como uno de los universos de fantasía más grandes y complejos que se han creado (insisto, ciencia ficción son Interstellar o Jurassic Park; Star Wars es espada y brujería en el espacio y eso no la hace peor en absoluto, al contrario, la fantasía es un género que merece más reconocimiento, al menos siempre que da una buena obra y no sólo en animación a la que se le puede y suele colgar la etiqueta de infantil). Favreau, Filoni y compañía han logrado algo que parecía imposible en una franquicia que pasaba por su peor momento, así que sólo puedo decir: J. J. Abrams, Rian Johnson, ¿tan difícil era?
Aspectos positivos: Diseño de producción. Los personajes principales, destacando el dúo Din Djarin y Grogu. La banda sonora, especialmente el inconfundible tema principal. Muchos momentos alcanzan un nivel de epicidad que no se veía en la franquicia desde hacía muchos años. Lejos de lanzarse a meter referencias forzadas, lo oportuno del fanservice. Y, sobre todo, el amor que se demuestra por Star Wars sin recurrir a copiar la misma fórmula.
Aspectos negativos: Hay algunas escenas que podrían mejorar mucho con muy poco (como pequeñas mejoras en el CGI). Aunque funciona bien en sí misma (obviamente habiendo visto la temporada anterior), para entender bien a algunos personajes y subtramas es necesario conocer las películas, The Clone Wars y Rebels. Después de una impecable presentación al final de la temporada anterior, Moff Gideon no termina siendo un antagonista tan memorable como apuntaba.
Puntuación: 8