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Voto de Manospondylus:
4
5,3
11.261
Acción. Fantástico. Ciencia ficción
Godzilla y Kong, dos de las fuerzas más poderosas de un planeta habitado por todo tipo de aterradoras criaturas, se enfrentan en un espectacular combate que sacude los cimientos de la humanidad. Kong y sus protectores emprenderán un peligroso viaje para encontrar su verdadero hogar. Con ellos está Jia, una joven huérfana con la que el gigante tiene un vínculo único y poderoso. En el camino se cruzan inesperadamente con el de un Godzilla ... [+]
21 de diciembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Porque no cuestionarse nada es la única forma de disfrutar esta película en la que todo ocurre porque tiene que ocurrir, porque "podía pasar", y la historia es básicamente Batman v Superman pero con un conflicto mucho peor construido. Godzilla vs. Kong basa todo su atractivo en su espectacularidad, porque las peleas entre dos kaijū de ciento veinte metros de altura por fuerza tienen que ser espectaculares, pero el guion es un desastre; y no es que a estas alturas esperara gran cosa, pero seguramente es el más flojo del MonsterVerse.
A ver, tampoco es que quiera linchar este filme, pues ofrece bunas dosis de acción kaijū, los efectos visuales son espectaculares, la música cumple y la fotografía es bastante buena, con esos marcados contrastes entre naranja y azul que han mantenido desde Kong: Skull Island y Godzilla: King of the Monsters. Pero hay que considerar que es la primera película que enfrenta a estos dos monstruosos iconos de la cultura pop desde la de 1962 (mucho más humilde): el simio que más ha emocionado en toda la historia del cine (incluso por delante del César de Andy Serkis) y la encarnación reptiliana del horror nuclear sufrido por Japón en la Segunda Guerra Mundial. Merecían una historia más elaborada y un acompañamiento humano menos repelente.
La trama arranca con Godzilla furioso con la humanidad porque una compañía está usando la cabeza de King Ghidorah (concretamente el cerebro) para crear un Mecha capaz de superar al mismísimo Godzilla. El motivo es una chorrada como todo lo que mueve a los humanos en esta saga: "que la humanidad vuelva a ser la especie apex", cuando en Godzilla: King of the Monsters quedó claro que podrían llegar a matar a Godzilla con la clásica y cuestionable bomba destructora de oxígeno (o al menos debilitarlo mucho). El caso es que Godzilla sabe lo que están haciendo por alguna razón que desconocemos, pero no voy a criticarlo porque que Godzilla bien podría detectar la radiación, la actividad cerebral de Ghidorah o lo que se quieran inventar. No es algo negativo per se.
Pero ahora viene lo absurdo, ¿qué pinta Kong en esto? Nuestro querido simio gigante sigue en la Isla Calavera que ha sido completamente cubierta por una inverosímil cúpula gigante que (en esta película) no sabremos ni cómo se construyó ni por qué Kong dejó que la construyeran, porque no está muy contento con ella. El motivo de esta descomunal (y sin duda carísima) obra es protegerlo de Godzilla, porque intuyen que Kong no lo aceptaría como su superior, ya que Godzilla es ahora el kaijū alfa. ¿Están diciendo que en los dos años que han pasado desde King of the Monsters han montado esa cúpula del tamaño de Skull Island? Luego dan otra explicación del conflicto, que es que las suyas son especies rivales que lucharon hace tiempo, pero, de nuevo, ¿cómo demonios pueden estar tan seguros si nunca nadie ha explorado la Tierra Hueca?
Es que aquí todo el mundo actúa movido por corazonadas y suposiciones vagas, o directamente tienen información que no deberían saber solo porque conviene para el avance de la trama; y por supuesto muchos de estos detalles han sido parcheados en cómics y demás material, pero eso no corrige que la película no sea capaz de mantenerse por sí misma.
En fin, como Kong es muy grande para la isla deciden trasladarlo a la Tierra Hueca, en base a una hipótesis (como no, sin probar) sobre que sigue habiendo de los suyos ahí abajo, en un plan improvisado (porque ni han previsto la posibilidad de que Kong se niegue a bajar a la Tierra Hueca) y en el que cada vez que hay que mover a Kong meten una elipsis para evitar el inconveniente de mostrar cómo cargan a un animal tan grande en los vehículos que lo llevan. Y el resto de la película sigue así, con movidas inexplicables que ocurren porque sí o trivialidades que sobreexplican innecesariamente, porque, paralelamente, tenemos a Millie Bobby Brown junto a un tipo conspiranoico random y a un comic relief de relleno que van metiéndose de forma sencilla y conveniente dónde no deberían, pero no pasa nada pues tienen plot armor ya que el guionista los necesitaba para que vayan explicando la trama aunque precisamente sus explicaciones sean irrelevantes.
Además, dejando a un lado que los motivos de Godzilla y de Kong para partirse la boca son prácticamente inexistentes, hay unas incoherencias en sus enfrentamientos brutales. Por ejemplo, muy al principio, Godzilla se retira sin más explicación que la de que el conflicto central no termine a los cuarenta y siete minutos. Y es un error que ocurre más veces, pues cada vez que uno parece haber ganado un enfrentamiento, se espera a dar el golpe de gracia para la película continúe... o quizá todos los humanos de la película sean gilipollas y Godzilla nunca esté intentando matar a Kong.
Los poderes también son sumamente inconsistentes, especialmente en lo que atañe a Godzilla, que en una escena puede atravesar con su aliento radioactivo miles de kilómetros de roca (y qué puntería tiene Godzilla para acertar en la sala del trono) y en la siguiente Kong lo detiene momentáneamente con un pedazo de edificio de cuatro o cinco pisos de grosor. Es más, Godzilla llega a alcanzar a Kong y solo le chamusca un poco el pelo de la espalda. Literalmente, si Godzilla pudiera generar tanta energía como para atravesar el manto terrestre en minutos, Kong y toda la gente de Hong Kong morirían del calor de su aliento atómico aunque no les golpeara directamente. Además, que tanto Godzilla como ciertos minerales de la Tierra Hueca sean radioactivos tampoco es algo que se tenga en cuenta.
Por lo menos las peleas en sí son muy espectaculares, eso es evidente, especialmente el enfrentamiento en Hong Kong, pero tampoco es nada que no se viera en King of the Monsters. De hecho, después de ver a Godzilla en su modo burning desintegrando y devorando a Ghidorah, las peleas contra Kong se sienten como un marcado retroceso.
(Continúa abajo sin spoilers importantes)
A ver, tampoco es que quiera linchar este filme, pues ofrece bunas dosis de acción kaijū, los efectos visuales son espectaculares, la música cumple y la fotografía es bastante buena, con esos marcados contrastes entre naranja y azul que han mantenido desde Kong: Skull Island y Godzilla: King of the Monsters. Pero hay que considerar que es la primera película que enfrenta a estos dos monstruosos iconos de la cultura pop desde la de 1962 (mucho más humilde): el simio que más ha emocionado en toda la historia del cine (incluso por delante del César de Andy Serkis) y la encarnación reptiliana del horror nuclear sufrido por Japón en la Segunda Guerra Mundial. Merecían una historia más elaborada y un acompañamiento humano menos repelente.
La trama arranca con Godzilla furioso con la humanidad porque una compañía está usando la cabeza de King Ghidorah (concretamente el cerebro) para crear un Mecha capaz de superar al mismísimo Godzilla. El motivo es una chorrada como todo lo que mueve a los humanos en esta saga: "que la humanidad vuelva a ser la especie apex", cuando en Godzilla: King of the Monsters quedó claro que podrían llegar a matar a Godzilla con la clásica y cuestionable bomba destructora de oxígeno (o al menos debilitarlo mucho). El caso es que Godzilla sabe lo que están haciendo por alguna razón que desconocemos, pero no voy a criticarlo porque que Godzilla bien podría detectar la radiación, la actividad cerebral de Ghidorah o lo que se quieran inventar. No es algo negativo per se.
Pero ahora viene lo absurdo, ¿qué pinta Kong en esto? Nuestro querido simio gigante sigue en la Isla Calavera que ha sido completamente cubierta por una inverosímil cúpula gigante que (en esta película) no sabremos ni cómo se construyó ni por qué Kong dejó que la construyeran, porque no está muy contento con ella. El motivo de esta descomunal (y sin duda carísima) obra es protegerlo de Godzilla, porque intuyen que Kong no lo aceptaría como su superior, ya que Godzilla es ahora el kaijū alfa. ¿Están diciendo que en los dos años que han pasado desde King of the Monsters han montado esa cúpula del tamaño de Skull Island? Luego dan otra explicación del conflicto, que es que las suyas son especies rivales que lucharon hace tiempo, pero, de nuevo, ¿cómo demonios pueden estar tan seguros si nunca nadie ha explorado la Tierra Hueca?
Es que aquí todo el mundo actúa movido por corazonadas y suposiciones vagas, o directamente tienen información que no deberían saber solo porque conviene para el avance de la trama; y por supuesto muchos de estos detalles han sido parcheados en cómics y demás material, pero eso no corrige que la película no sea capaz de mantenerse por sí misma.
En fin, como Kong es muy grande para la isla deciden trasladarlo a la Tierra Hueca, en base a una hipótesis (como no, sin probar) sobre que sigue habiendo de los suyos ahí abajo, en un plan improvisado (porque ni han previsto la posibilidad de que Kong se niegue a bajar a la Tierra Hueca) y en el que cada vez que hay que mover a Kong meten una elipsis para evitar el inconveniente de mostrar cómo cargan a un animal tan grande en los vehículos que lo llevan. Y el resto de la película sigue así, con movidas inexplicables que ocurren porque sí o trivialidades que sobreexplican innecesariamente, porque, paralelamente, tenemos a Millie Bobby Brown junto a un tipo conspiranoico random y a un comic relief de relleno que van metiéndose de forma sencilla y conveniente dónde no deberían, pero no pasa nada pues tienen plot armor ya que el guionista los necesitaba para que vayan explicando la trama aunque precisamente sus explicaciones sean irrelevantes.
Además, dejando a un lado que los motivos de Godzilla y de Kong para partirse la boca son prácticamente inexistentes, hay unas incoherencias en sus enfrentamientos brutales. Por ejemplo, muy al principio, Godzilla se retira sin más explicación que la de que el conflicto central no termine a los cuarenta y siete minutos. Y es un error que ocurre más veces, pues cada vez que uno parece haber ganado un enfrentamiento, se espera a dar el golpe de gracia para la película continúe... o quizá todos los humanos de la película sean gilipollas y Godzilla nunca esté intentando matar a Kong.
Los poderes también son sumamente inconsistentes, especialmente en lo que atañe a Godzilla, que en una escena puede atravesar con su aliento radioactivo miles de kilómetros de roca (y qué puntería tiene Godzilla para acertar en la sala del trono) y en la siguiente Kong lo detiene momentáneamente con un pedazo de edificio de cuatro o cinco pisos de grosor. Es más, Godzilla llega a alcanzar a Kong y solo le chamusca un poco el pelo de la espalda. Literalmente, si Godzilla pudiera generar tanta energía como para atravesar el manto terrestre en minutos, Kong y toda la gente de Hong Kong morirían del calor de su aliento atómico aunque no les golpeara directamente. Además, que tanto Godzilla como ciertos minerales de la Tierra Hueca sean radioactivos tampoco es algo que se tenga en cuenta.
Por lo menos las peleas en sí son muy espectaculares, eso es evidente, especialmente el enfrentamiento en Hong Kong, pero tampoco es nada que no se viera en King of the Monsters. De hecho, después de ver a Godzilla en su modo burning desintegrando y devorando a Ghidorah, las peleas contra Kong se sienten como un marcado retroceso.
(Continúa abajo sin spoilers importantes)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La continuidad respecto a anteriores entregas del MonsterVerse es decente, pero está muy lejos de ser perfecta. Alan Jonah no hace aparición en todo el metraje, aunque la última vez que lo vimos estaba frente a la cabeza de Ghidorah (cualquiera esperaría que tuviera algo que ver con la creación del mecha). Aparece el hijo de Ishirō Serizawa, pero que sea su hijo es algo que carece de la más mínima importancia, ya que podría haber sido cualquiera y ni mencionan al padre (aunque no creo que le importe a nadie, ni siquiera a los guionistas). Sin embargo, lo único realmente molesto es que al final de King of the Monsters tenemos un buen grupo de kaijū (aka "titanes") e incluso nos dicen que han aparecido otros nuevos en la Isla Calavera, pero aquí no se muestra nada de eso; y nunca vemos a los demás kaijū, como Rodan o la nueva Mothra.
Por último, voy a incidir en la comparación con Batman v Superman recordando unas declaraciones del director, Adam Wingard (hasta esta película, conocido únicamente por la terrible adaptación de Death Note para Netfix). Wingard aseguró no haber cometido el que fue el principal problema de la otra, que según su criterio fue el cambio de Batman. Pero lo cierto es que si hubo problemas en Batman v Superman fueron de guion, como meter tanta subtrama y personaje en una sola película y terminar la pelea de forma extraña y decepcionante para, acto seguido, crear un nuevo conflicto con un enemigo en común que irrumpe para forzar una alianza durante el tercer acto entre los personajes titulares anteriormente enemigos.
¿Y qué han hecho las mentes pensantes de Warner en esta película? ¿Habrán aprendido de sus errores? Pues lo cierto es que aquí no hay ninguna Martha, pero sí tenemos a Apex en plan Lex Luthor creando un Doomsday, esta vez en forma de mecha, Mechagodzilla. Literalmente es la misma maldita idea: en sus respectivos universos cinematográficos, Doomsday es una creación humana a partir de un alienígena muy poderoso y hostil, Zod, y Mechagodzilla es una creación humana a partir de un alienígena muy poderoso y hostil, Ghidorah; ambos muertos en las entregas previas de sus respectivas franquicias. ¿Qué harán Godzilla y Kong ante la nueva amenaza? Tan increíblemente predecible como parece. Resulta especialmente sangrante, pues el guionista principal, Terry Rossio, contaba con un equipo de siete escritores y el guion fue revisado por los responsables de la anterior entrega. ¿A nadie se le ocurrió algo mejor? No sé, algo que no fuera repetir una película del DCEU que no se caracteriza por tener un buen guion, por ejemplo.
Así pues, pese a sus fanfarrias, Wingard ha terminado haciendo lo puto mismo que Batman v Superman pero con Kaijū, un peor planteamiento y desarrollo del enfrentamiento entre los dos titulares, y final boss un poco mejor integrado.
Lo dicho, Godzilla vs. Kong es una película disfrutable siempre que se logre suspender totalmente la inverosimilitud, aceptar todo porque sí y dejarse llevar por esta gigantesca montaña rusa de acción y escombros. Porque no importa nada, ni siquiera el versus que nos plantean, salvo el espectáculo visual. Ni siquiera hay emoción, porque uno de los dos contendientes no tiene posibilidades de ganar y desde el principio nos lo dejan claro, y el giro final lo hay copiado de otra película anterior y ya en aquella era un cliché muy gastado.
Aspectos positivos: La fotografía, los efectos visuales, las coreografías de combate y la dirección en las escenas de acción se unen para dejar unas escenas espectaculares. Tanto Godzilla como Kong resultan más interesantes y expresivos que la gente que los acompaña.
Aspectos negativos: Trama endeble, mal planteada, peor desarrollada y con escasa originalidad, cargada de conveniencias, evidentes contradicciones y algún que otro deus ex machina. Personajes humanos terribles que terminan sencillamente molestando, porque no había tanta estupidez junta en un blockbuster desde la tripulación de la Prometheus.
Puntuación: 4.25
Por último, voy a incidir en la comparación con Batman v Superman recordando unas declaraciones del director, Adam Wingard (hasta esta película, conocido únicamente por la terrible adaptación de Death Note para Netfix). Wingard aseguró no haber cometido el que fue el principal problema de la otra, que según su criterio fue el cambio de Batman. Pero lo cierto es que si hubo problemas en Batman v Superman fueron de guion, como meter tanta subtrama y personaje en una sola película y terminar la pelea de forma extraña y decepcionante para, acto seguido, crear un nuevo conflicto con un enemigo en común que irrumpe para forzar una alianza durante el tercer acto entre los personajes titulares anteriormente enemigos.
¿Y qué han hecho las mentes pensantes de Warner en esta película? ¿Habrán aprendido de sus errores? Pues lo cierto es que aquí no hay ninguna Martha, pero sí tenemos a Apex en plan Lex Luthor creando un Doomsday, esta vez en forma de mecha, Mechagodzilla. Literalmente es la misma maldita idea: en sus respectivos universos cinematográficos, Doomsday es una creación humana a partir de un alienígena muy poderoso y hostil, Zod, y Mechagodzilla es una creación humana a partir de un alienígena muy poderoso y hostil, Ghidorah; ambos muertos en las entregas previas de sus respectivas franquicias. ¿Qué harán Godzilla y Kong ante la nueva amenaza? Tan increíblemente predecible como parece. Resulta especialmente sangrante, pues el guionista principal, Terry Rossio, contaba con un equipo de siete escritores y el guion fue revisado por los responsables de la anterior entrega. ¿A nadie se le ocurrió algo mejor? No sé, algo que no fuera repetir una película del DCEU que no se caracteriza por tener un buen guion, por ejemplo.
Así pues, pese a sus fanfarrias, Wingard ha terminado haciendo lo puto mismo que Batman v Superman pero con Kaijū, un peor planteamiento y desarrollo del enfrentamiento entre los dos titulares, y final boss un poco mejor integrado.
Lo dicho, Godzilla vs. Kong es una película disfrutable siempre que se logre suspender totalmente la inverosimilitud, aceptar todo porque sí y dejarse llevar por esta gigantesca montaña rusa de acción y escombros. Porque no importa nada, ni siquiera el versus que nos plantean, salvo el espectáculo visual. Ni siquiera hay emoción, porque uno de los dos contendientes no tiene posibilidades de ganar y desde el principio nos lo dejan claro, y el giro final lo hay copiado de otra película anterior y ya en aquella era un cliché muy gastado.
Aspectos positivos: La fotografía, los efectos visuales, las coreografías de combate y la dirección en las escenas de acción se unen para dejar unas escenas espectaculares. Tanto Godzilla como Kong resultan más interesantes y expresivos que la gente que los acompaña.
Aspectos negativos: Trama endeble, mal planteada, peor desarrollada y con escasa originalidad, cargada de conveniencias, evidentes contradicciones y algún que otro deus ex machina. Personajes humanos terribles que terminan sencillamente molestando, porque no había tanta estupidez junta en un blockbuster desde la tripulación de la Prometheus.
Puntuación: 4.25