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Voto de Manospondylus:
9
Ciencia ficción. Aventuras El multimillonario John Hammond consigue hacer realidad su sueño de clonar dinosaurios del Jurásico y crear con ellos un parque temático en una isla remota. Antes de abrirlo al público, invita a una pareja de eminentes científicos y a un matemático para que comprueben la viabilidad del proyecto. Pero las medidas de seguridad del parque no prevén el instinto de supervivencia de la madre naturaleza ni la codicia humana. (FILMAFFINITY)
11 de septiembre de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se descubre un nuevo género y se demuestra posteriormente que se trataba de un género ya descrito, el nombre que se le puso en primer lugar es el que prevalece. Sin embargo, en una ocasión no ocurrió eso.

A finales del siglo XIX, al término de la Guerra de los Huesos, el célebre paleontólogo Edward Cope descubrió en Dakota del Sur las vértebras fósiles de un animal que fue llamado Manospondylus gigas. Unos años después se hizo el sorprendente hallazgo de una colosal criatura de 12 m, con un cráneo de 1.5 m y unas fauces armadas con dientes serrados de 18 cm. Por supuesto, se le dio un nombre a la altura: Tyrannosaurus rex. Lo curioso es que, en el año 2000, una vez demostrado que ambos fósiles pertenecen a la misma especie, se optó excepcionalmente por mantener el nombre que se puso en segundo lugar (de hecho, nadie pidió que se cambiara), pues "Tyrannosaurus rex" es un vocablo que forma parte de la cultura popular, es el dinosaurio no aviano más conocido y reconocible, e incluso el único que se suele nombrar en todas partes con su nombre binomial completo. Y si el Tyrannosaurus rex es tan famoso actualmente, es precisamente por esta película (sin quitarle mérito a la novela de Crichton), pues es imposible escuchar su nombre sin que nos venga a la mente la imagen y el rugido del de la película de Spielberg. Tal es la trascendencia de Jurassic Park.

Por si alguien se ha pasado los últimos decenios en criogénesis o en un poblado amish, aclaro que Jurassic Park parte de la idea de devolver a la vida especies extintas por medio de la clonación (lo que abrió un intenso debate que duró años). De esta forma, el millonario John Hammond construye en una isla cercana a Costa Rica un gran zoo poblado por una quincena de especies de dinosaurio. Tras un accidente que pone en duda la seguridad del parque, se realiza una visita de prueba a la que asisten dos reputados paleontólogos, un excéntrico matemático, uno de los abogados de la compañía y los dos nietos de Hammond. Como cualquiera podría imaginar, las cosas no salen como estaban previstas.

Sin embargo, no estamos ante una simple película de monstruos. En primer lugar desde el principio estuvo presente la norma de mostrar a los dinosaurios como animales, no como monstruos de cine (algo que Spielberg ni supo ni quiso hacer en su desafortunada Tiburón), y por ello intentaron ser muy fieles a las reconstrucciones de dinosaurios de la época. Por otra parte, se incluye un interesante debate sobre el control, la manipulación y la explotación de la naturaleza por parte del ser humano. Obviamente, se plantea la pregunta de si deberíamos traer de vuelta a especies que se extinguieron hace millones de años por causas ajenas a nosotros, sólo para que nos sirvan de divertimento en un parque temático. Hay un par de diálogos (ambos brillantes) que desarrollan especialmente este punto y es algo que está siempre de fondo durante toda la película; y la relación del ser humano con la naturaleza está presente durante toda la saga.

Jurassic Park también ayudó a cambiar la imagen que tiene el público de los dinosaurios para bien y para mal (seguramente y pese a los fallos y licencias, más para bien). Se intentó que las recreaciones fueran lo más reales posibles (para lo que contaron con el asesoramiento de Jack Horner), con algún error (como el Brachiosaurus masticando y la visión del T. rex) y un par de licencias artísticas: el exagerado tamaño del Velociraptor (en realidad, su pariente norteamericano Deinonychus), y la cresta desplegable y el veneno del Dilophosaurus, que son completamente ficticios. La idea de este segundo caso era la de mostrar que hay cosas que no pueden conocerse por los fósiles, pero, lamentablemente, este dinosaurio sería conocido en adelante como "el que escupe". A parte de esto, con los años se han hecho descubrimientos que dejarían estas recreaciones obsoletas, pero para 1993 son bastante dignas.

Otro de sus grande logros fue la divulgación de la teoría de que las aves descienden de los dinosaurios, algo que se probaría años después y que, sin embargo, se ha obviado completamente en secuelas posteriores (salvo las estrafalarias protoplumas de los raptores de Jurassic Park III y la broma visual al inicio de Jurassic World). Y en ese sentido debo resaltar una de las escenas más bellas de la película (y de toda la saga): al final, los supervivientes se cruzan con un grupo de pelícanos pardos que vuelan plácidamente sobre la costa (acompañados por la espectacular música de Williams). No se trata sólo del contraste de ese momento con las tensas escenas de la Tyrannosaurus y la manada de Velociraptor, y del espectacular y adrenalínico desenlace, sino que estamos quizá ante el momento más significativo de todo Jurassic Park porque, aunque el doctor Grant lleva diciéndolo desde su primera escena, en ese instante, muchísimas personas (entre las que me encuentro) fuimos plenamente conscientes de que los dinosaurios nunca se extinguieron. Porque, aunque hubo una gran extinción masiva a finales del Cretácico, los dinosaurios fueron un clado tan diverso que hubo un grupo que sobrevivió y hoy en día duplican en número de especies a los mamíferos. "Seguro que ahora veréis las aves de un modo muy distinto".

Así pues, esta película fue mi primer contacto con la evolución darwiniana cuando sólo tenía 5 años, así que, de algún modo, Jurassic Park es incluso una película instructiva (al menos despierta el interés por los temas que toca). Por eso, ahora y como docente ocasional, me apena encontrarme con alumnos y alumnas interesados en los dinosaurios que, conociendo la existencia de esta película, nunca han podido verla ante el sobreproteccionismo de sus padres que la consideran terrorífica y violenta. Una postura tan bienintencionada como ignorante, porque lo peor que podría pasarles a sus hijos e hijas es que se incremente su interés por la paleontología.

(Sigue sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Manospondylus
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