Atrapado por la nostalgia de mis años "teenager", decidí ver "La última canción", que a pesar de tener un argumento no muy original, es de ese tipo de películas que apetece ver de vez en cuando para desconectar e incluso echar una lagrimilla. Y es que todos hemos sido adolescentes alguna vez y hemos tenido, o hemos soñado con tener, un amor de verano inolvidable.
Desde el principio se sabe lo que la película ofrece. El asunto es cómo lo ofrece, y lo cierto es que el resultado es un poco flojo.

El film entretiene durante sus casi dos horas, tiene una fotografía preciosa (hay unos cuantos planos memorables de los atardeceres y las playas de Georgia) y hay momentos muy conseguidos, como cuando Ronnie (el personaje de Miley Cyrus) comparte con su padre que está enamorada y esto supone un acercamiento entre ambos, o cuando el hermano pequeño de Ronnie se enfada con ella debido al mal humor que siempre tiene ésta.
¿Se puede pedir más a un film de estas características? La respuesta es sí. Como digo, hay momentos logrados, llenos de verdad y que sí que llegan al espectador. Sin embargo, la mayor parte del film, en lo que a emoción se refiere, busca la lagrima fácil (sobretodo en el tramo final) y respecto a narración, se apoyan demasiado en los tópicos típicos del cine de sobremesa.
En el apartado interpretaciones, Miley aprueba esta incursión como protagonista de un drama, resultando bastante creíble su interpretación de adolescente enfadada con el mundo que termina abriendo su corazón (registro al que no nos tiene acostumbrados, ya que en “Hannah Montana” explotaba su lado mas cómico). Destacar que su papel me ha recordado bastante al de Lindsay Lohan en "Lo dice Georgia" (aunque creo que Lindsay tiene más energía).
Greg Kinnear en el papel de padre está más que correcto, y el peque de la función, Bobby Coleman, esta que se sale como hermano pequeño de la prota. No se puede decir lo mismo de los secundarios, bastante flojos, en especial un insulso Liam Hemsworth, quién encima en el film es el gran amor de Miley (así como en la vida real, como dato anecdótico).

A pesar de lo “previsible” de su propuesta, “La ultima canción” hubiera sido un film entrañable y emocionante si hubiese seguido esa verdad que se percibe en algunos momentos del metraje, pero escoge un camino fácil que hace que muchos de los momentos dramáticos o románticos queden reflejados de un modo un tanto superficial.
Es por eso por lo que la película se queda sólo en un “entretenida y bonita”.
Eso si, gustará mucho a los niños y niñas de entre 13 y 16 años, que estén cansados de ver los dibujos y no sean tan exigentes como el que escribe. Y es que, a pesar de que no me ha disgustado, “La ultima canción” no ha logrado satisfacer mis caprichos de nostálgico.

6/10