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España España · Zaragoza
Voto de Paco Ortega:
9
Drama Las hermanas Jane y Blanche Hudson fueron estrellas infantiles de Hollywood, pero sus carreras siguieron trayectorias muy distintas. Mientras que Jane, al crecer, fue olvidada por el público, Blanche se convirtió en una actriz de éxito. Tras un misterioso accidente de coche, Blanche quedó postrada en una silla de ruedas al cuidado de su hermana Jane, que disfruta atormentándola. (FILMAFFINITY)
3 de enero de 2009
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una excelente pelicula, rodada en plena madurez del director, y en donde lo principal es el duelo interpretativo entre Bette Davis y Joan Crawford que ha pasado ya a los anales de la historia del cine como uno de los más intensos y convincentes de todos los tiempos.

Lo de duelo parece que fue literal. En el rodaje y alrededores debió pasar de todo, según cuentan los especialistas en el anecdotario cinematográfico, y eso, una vez mas, no contribuyo de manera negativa al resultado final, sino más bien todo lo contrario. Ambas, cuyas carreras y rivalidades personales ya estaban mas que lanzadas, están sencillamente soberbias, construyendo sendos personajes de una complejidad sicológica y de composición a prueba de actores mediocres. La relación entre ellas tiene momentos sublimes, de una enorme fuerza cinematográfica. A Aldrich le salió perfectamente su apuesta: extrajo lo mejor de si mismas como actrices y supo explotar su enorme popularidad como estrellas de Holliwood para promocionar la película.

Aldrich a lo largo de las dos horas duración, va incrementando, con su sabia mano de director curtido, el dramatismo de la situación y de la atormentada relación entre ambas, que se precipita hacia el desastre de una manera inevitable y anunciada. Para aligerar el espeso ambiente de tragedia realista entre Blanche y Jane, introduce, también con gran pericia, otros personajes de un perfil melodramático, como el pianista que contrata la segunda para llevar adelante su fantasia infantilóide, y que esta magistralmente interpretado por Victor Buono. Gracias a esta sutil combinación de estilos interpretativos, que casan como piezas sutilmente calculadas, obtenemos una sensación final de obra de arte perfecta.

Hay momentos de una inigualable belleza. La ultima escena en la playa, en donde Bette Davis baila indiferente entre una multitud de curiosos mientras la policia atiende a Jaon Crawford, es una perfecta metáfora de toda la película y un momento inolvidable para cualquier cinéfilo.

Todo está bien. Todo esta al servicio de ese duelo interpretativo y de ese ambiente de suspense. Todas las piezas del engranaje funcionan a la perfección para explicarnos como es posible que los celos y la envidia, mantenidos de manera constante en el subconsciente de las personas, pueden, no solo aniquilar una relación, sino a las mismas personas, provocando conductas patológicas que pueden llegar a ser extremadamente violentas y destructivas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Paco Ortega
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