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España España · Premià de Mar
Voto de Martí:
8
7,7
160.121
Animación. Fantástico. Comedia. Aventuras. Infantil Los juguetes de Andy, un niño de 6 años, temen que haya llegado su hora y que un nuevo regalo de cumpleaños les sustituya en el corazón de su dueño. Woody, un vaquero que ha sido hasta ahora el juguete favorito de Andy, trata de tranquilizarlos hasta que aparece Buzz Lightyear, un héroe espacial dotado de todo tipo de avances tecnológicos. Woody es relegado a un segundo plano. Su constante rivalidad se transformará en una gran amistad ... [+]
22 de marzo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un hecho reconocido que la irrupción de Pixar en el panorama cinematográfico supuso un antes y un después para la historia del cine. Y ello es válido tanto en el campo técnico como en la narrativa. A día de hoy son muy pocas las películas de animación que nada deban a dicha productora, y tanto es así que incluso la “vieja animación” (dibujos animados no realizados por ordenador) parece haber aprendido algo de ella. De igual modo, los mismísimos maestros de la historieta animada, es decir, Walt Disney, parecen haberse convertido en alumnos de su estilo.

Aunque en realidad nada surja del vacío, hay que reconocer la notoria aportación de ciertos productos – superiores a la mediana en lo que a innovación se refiere – a sus respectivos campos. Sin duda, Pixar es responsable de varios trabajos de tales características, empezando por su primera creación, Toy Story. Partiendo de lo básico, el que esta fuera la primera producción realizada íntegramente por ordenador nos obliga a reconocer la necesaria invención lingüística que debió tener lugar. Las percepciones evolucionaron, desde la textura del dibujo hasta el movimiento de la animación, y ello supuso un cambio de dirección en la narrativa. Como hemos dicho, la película de John Lasseter tuvo que cargar con esta responsabilidad y ello comportó que toda producción posterior realizada por ordenador topara con la obligación de tomar determinados caminos abiertos por la misma.

En parte gracias a las nuevas posibilidades que ofrecía el formato en 3D y en parte por la capacidad creativa de John Lasseter, Toy Story renovó la narrativa animada dotándola de agilidad y fluidez. Además, y como en parte ya hiciera Hayao Miyazaki –reconocido ídolo de Lasseter – con sus estudios Ghibli, introdujo el auténtico lenguaje cinematográfico en el campo animado: en Toy Story (y en el resto de films del estudio) las imágenes parecen tomadas por una cámara com si de cine de personas reales se tratara, algo que en su momento aportó seriedad a las historias y contribuyó a eliminar distancias entre animación y realidad.

Al mismo tiempo, Lasseter da la vuelta al descubrimiento mostrando planos y movimientos de cámara imposibles, algo que en su momento produjo un nuevo impacto, puesto que el resultado fue una curiosa sensación de acercamiento a un mundo inexistente. Y lo que determina la importancia de encontrar este doble juego es la facilidad con que se aprecia dicha característica narrativa en la mayoría de las posteriores piezas animadas, incluso en aquellas no realizadas por ordenador.

Además, Toy Story presenta un concepto que el mundo de la animación aplicaría a sus pelícuas desde entonces repetidas veces: la invención de un mundo fantástico regido por reglas sociales (incluso en ocasiones jerárquicas) tomadas del mundo real. En este caso, tenemos la sociedad oculta que son los juguetes del film que nos ocupa, cuyas normas de convivencia y deberes para con los humanos esconden múltiples metáforas y guiños dirigidos a nuestra sociedad (metáfora que sus secuelas ampliarían, llegando incluso a mencionar la dictadura: recuérdese la guardería de Toy Story 3). Tal aspecto marcaría un antes y un después, pudiéndolo encontrar posteriormente en otras piezas de la productora, como por ejemplo el submundo inventado en Monstruos S.A., cuya referencia a la corrupción empresarial remite claramente a la de nuestro mundo. Se trata, en resumen, de la invención de universos inexistentes destinados a divertir a los niños dirigiendo la verdadera tesis a los adultos. Y en eso se resume en realidad (al menos hasta hace pocos años) el cine de Pixar: cine para adultos que entretiene a los niños.

http://cinemaspotting.net/2013/03/22/18-anos-para-toy-story-el-film-defiende-su-mayoria-de-edad-sin-problemas/
Martí
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