Con una apabullante factura factura técnica, el debut de Ana Lily Amirpour es una película envolvente y poco tradicional. La historia de una vampira misteriosa, poco sociable, pero que deja ver una sensibilidad especial, capta la atención desde el minuto uno.Con más ecos "Jarmuschianos" (Stranger than Paradise) que "Lynchianos", la cinta es un claro homenaje a las influencias de la directora: road movies, novelas gráficas y a la cultura pop en general.

La fotografía es espectacular y cada escena está perfectamente planificada y ejecutada, en ese sentido no decepciona, sí lo hacen por otro lado, los flecos en la historia que provocan la caída del ritmo en algunos momentos. En líneas generales es original, atractiva y arriesgada (dada la mezcla heterogénea de géneros) que en algunos momentos patina pero con un curioso y bien conducido clímax final.
Especial como pocas óperas primas, se trata de una película no para todos los gustos y públicos puesto que, largos silencios llenan la cinta y el carácter casi onírico de algunas escenas, pueden hacerla de digestión lenta.