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Colombia Colombia · Bogotá
Voto de Juan Jaime:
10
Drama Narra una serie de reencuentros en la vida de Salvador Mallo, un director de cine en su ocaso. Algunos de ellos físicos, y otros recordados, como su infancia en los años 60, cuando emigró con sus padres a Paterna, un pueblo de Valencia, en busca de prosperidad, así como el primer deseo, su primer amor adulto ya en el Madrid de los 80, el dolor de la ruptura de este amor cuando todavía estaba vivo y palpitante, la escritura como única ... [+]
4 de abril de 2020
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Dolor y Gloria narra una serie de reencuentros en la vida de Salvador Mallo, un director de cine afligido física y mentalmente ante la imposibilidad de seguir rodando y la dificultad de separar el cine de su propia vida.
La cinta comienza con el veterano director magistralmente interpretado por Antonio Banderas aguantando la respiración bajo el agua de una piscina como si estuviera atrapado en un espejo, tal y como sucede en algunas películas de Cocteau, director fundamental en esta obra.
Lo primero que atraviesa la pantalla es el dolor y la metáfora de un relato a corazón abierto en la que Almodóvar retira audazmente el telón para revisar sus propias inseguridades narradas a través de sus toques distintivos: colores audaces, abrazos apasionados y abundantes referencias a sus inspiraciones cinematográficas como lo son Pier Paolo Pasolini en “Mamma Roma”, Lucrecia Martel en “La niña santa”; Luis García Berlanga en “El verdugo”; Marilyn Monroe en “Niágara”; entre otros.
Podría decirse que Dolor y Gloria cierra la trilogía de sus obras más personales, que inicio con La Ley del Deseo (1987) y posteriormente La mala educación (2004). En estas tres obras podemos encontrar características similares que quedan abiertas y terminan cerrándose con esta cinta y en su punto más alto como lo son: los traumas infantiles, la construcción de la identidad homosexual y el abandono.
Gran parte del relato de esta película opone la vejez a la infancia del personaje como su reflejo invertido. La infancia; descrita por medio de iluminadas y hermosas escenas junto a su madre Penélope Cruz, algunas tendedoras en las que se destaca la cantante Rosalía, el albañil Arturo (interpretado por Cesar Vicente, quien lo acompaño también en La Mala Educación) y la figura de un padre ausente, hacen de la infancia de Salvador o la que bien podría ser de Pedro, un memoir de melancólicos recuerdos de una infancia herida, de un niño diferente por su talento y de su sexualidad sutilmente retratada a través de la secuencia de “Mi primer Deseo” uno de mis momentos favoritos de la película.
Por otro lado, la vejez de Salvador se ve protagonizada por problemas físicos, adicciones y el doloroso ejercicio de la introspección. El conflicto comienza desde que lo invitan a presentar la versión restaurada de su filme “Sabor” (Que en la vida real seria La ley del Deseo). Con ello vendrá también un reencuentro con el actor Alberto Crespo (Asier Etxeandia) y el aprendizaje de un escape: la heroína.
¿Qué podría ser más radical que revelar sus propias debilidades? Almodóvar exprime sus angustias, dudas y soledades, proyectando en la historia de Mallo un profundo testimonio personal y artístico en el que más que ser un reflejo se convierte en un duplicado igualmente perfecto de sí mismo. Puedo decir sin duda alguna que esta conmovedora e inolvidable película se ubica con contundencia entre lo mejor de la filmografía almodovariana que ya ha superado los 20 largometrajes.
Juan Jaime
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