Había pensado titular esta crítica con "El cierre de una leyenda" o algo más solemne pero luego recordé lo más importante de Indiana Jones: lo divertida que es y lo bien que me lo paso viéndolo trolear nazis. Y es que el género de aventuras no sería lo mismo sin esta gran saga y sin Harrison Ford.

Si bien no la considero horrible, El reino de la calavera de cristal no estuvo acertada, al menos en mi humilde opinión, en dar a la gente lo que esperaba tras tantos años de parón Puede ser una mera sospecha mía pero me parece que a esta última entrega le ha sentado bien que la anterior bajara esas expectativas y le ha permitido estar más relajada.

No puedo pedir lo imposible. El cariño que los de mi generación tenemos por las tres primeras entregas es imposible de lograr pero sí el amor hacia un personaje y sus señas de identidad. Los elementos que hacen de Indiana Jones lo que es están aquí y no sólo como homenaje sino como parte de una historia que funciona y se acerca más en tono al Arca Pérdida o a La última cruzada que El templo maldito. Sin embargo avanza por si sola pues añade nuevos elementos, personajes y conflictos para entregarnos una nueva aventura cuyo croquis ya sabemos cómo va pero que nos satisface porque es lo que hemos venido a ver: Indiana Jones con su sombrero y su látigo, secuencias de acción plagadas de imposibles y deus ex machinas, situaciones de humor absurdas, nazis vapuleados por doquier, artefactos antiguos perdidos, personajes sin doble vuelta pero con personalidad y en general, puro espectáculo al ritmo de una de las más reconocibles bandas sonoras de la historia. Como pasa siempre, habrá cosas que no gustarán a todos pero creo que es un cierre digno y a la altura para uno de los grandes personajes del cine y su actor. Ésto es una película y tenemos muchos gustos diferentes, pero si ésto no es Indiana Jones...¡¡¡ yo soy el ratón Mickey!!!