A veces me sorprende ver la palabra gratuita asociada a cierto tipo de películas.
Lo cierto es que es un adjetivo muy recurrente cuando la gente se queda en la cáscara de las cosas, cuando no es capaz de ver más allá y descubrir la verdadera esencia o la intención primordial de ellas.

Es común que géneros como el gore o el terror explícito lleven siempre colgado el san benito de gratuitos.

Sin embargo "Martyrs" es de todo menos gratuita. Y no lo es por una sencilla razón. La violencia, la respulsión, el odio que genera la historia es en realidad necesario para que el desarrollo de la trama encuentre un sentido final.

En el cine, el fín sí justifica los medios, eso es algo que todos deberíamos aceptar desde ya.
Es fácil quedarse sólo con una serie de imágenes impactantes como una mutilación, calificarla de gratuita y olvidar que todo aquello que esté justificado por la necesidad de contar una historia no es banal.

Martyrs es una película que no deja indiferente. Produce repulsa e interés a partes iguales. Trata un tema que produce demasiada controversia, que mucha gente dice que no debería tocarse.
Sin embargo toda la sucesión de imágenes desagradables que desfilan por la película tienen una justificación:
Meternos en la piel de un propio martir.

Y de paso hacernos partícipes de la locura colectiva que cierto tipo de clases sociales perpetran impunemente.

Quizás el único pero que yo le puedo poner a la película sea que una gran mayoría de espectadores sentirán repulsa por la galería de actos e imágenes desagradables en vez de por lo que en realidad debería.

Ahí es donde el mensaje se vuelve turbio mezclado con sangre.

Pero ojo, sólo a los ojos de aquellos que ven gratuita la violencia. Que no ven las intenciones o no saben leer y descifrar el mensaje.

Sea como sea Martyrs toca donde duele para bien o para mal.