El exceso puede no ser un defecto sino un recurso a veces eficaz. Wanted se excede demasiado, y a pesar de ello no consigue despertar ninguna emoción mínimamente contudente. ¿Por qué? porque la acción y lo impresionante de las secuencias se apoyan únicamente en lo increíbles y difíciles que son los disparos; y los personajes que los realizan carecen de ningún carisma, y eso que el protagonista y su trasfondo están diseñados para vernos identificados en él y así desarrollar cierta empatía, pero no acaba funcionando, ¿por qué? porque es muy obvio; al espectador no hay que forzarlo, hay que sugerirle con delicadeza, al menos en mi caso.
Angelina Jolie interpreta a su personaje sin problemas, porque siempre hace de chica dura sexy, y eso consiste en poner cara de palo, apretar los morros y menear bien el culo al andar. Al acabar la película, ya no te importa la mierda de trama ni los personajes, lo único que puedes recordar es una maldita bala trazando curvas, o su magnífica moraleja de asesinar como acto de realización personal, ego, autoestima, prestigio y distinción.