Un planteamiento muy audaz para el cine español de su época, nada menos que hacer una comedia con elementos policíacos y melodramáticos que Iquino supo desarrollar con un raro sentido del equilibrio manejando ingredientes dispares y dosificándolos con las medidas justas. La conocidísima canción con la que se inicia la película y que está interpretada y escenificada con turbia sutileza despista al espectador, pero esa y alguna otra nota musical más hacen que en definitiva el film aglutine las principales corrientes temáticas del cine español de entonces ofreciendo un panorama sugestivo y auténtico. Este film supera en calidad a las más conocidas y coetáneas películas de Iquino "Un enredo de familia" y "Boda accidentada" en el sentido de que esas comedias tenían aciertos aislados pero no lograban mantener la atención del espectador durante la totalidad del metraje como si ocurre en "La culpa del otro". Mercedes Vecino está perfecta en el papel principal y fue una de las actrices favoritas del Iquino de esta época. Luis Prendes varió su tono interpretativo posteriormente y aquí se mueve con soltura y eficacia porque fue uno de nuestros actores más especiales. Una actriz que agrupó una filmografía bastante atractiva fue Isabel de Pomés, vista en películas del nivel de "Huella de luz" y "Amanecer en puerta oscura" entre otras y que aporta delicadeza y refinamiento al conjunto de la película. Bochornoso que Isabel de Pomés no sea precisamente una actriz conocida por las nuevas generaciones. Con excelentes secundarios además, esta película atrae al interesado en la producción española de los años 40.