Sin alcanzar la brillantez de su precursora en los aspectos más técnicos o cinematográficos propiamente dichos, lo cierto es que se ve tan a gusto como la primera.

Es curioso cómo el cine actual parece haberse olvidado de hacer este tipo de películas donde la acción no se interrumpe con besos metidos con calzador, o subtramas melodramáticas, o escenas de violencia gratuita, o peor aún, con interminables escenas de persecuciones y explosiones rodadas en primerísimos planos cámara en mano.

En definitiva, un buen guión, una correcta dirección, unos personajes que logran conectar, y un buen puñado de alemanes. Todo lo necesario para pasar dos horas entretenidas sin acordarte del reloj en ningún momento.

Recomendable.