Una cinta genérica que entretiene con bastante solvencia. Jason Statham tiene un papel que le viene que ni pintado, en esta ocasión es un asesino profesional muy bueno que se encarga de los casos más complicados. Me sorprende que este hombre no haya hecho nunca de James Bond porque opino que reúne todas las cualidades para ser un buen 007, y además es inglés, así que no entiendo que no le hayamos visto encarnando a ese mítico personaje. No hay escenas de acción muy allá, aunque eso también puede considerarse como algo positivo debido a que no satura al espectador con secuencias típicas del género. En mi caso, las he echado en falta porque soy muy fan de los tiros y las explosiones, eso sí, siempre y cuando no ocupen todo el visionado. Lo bueno del film que nos ocupa es que es ligero y de fácil digestión. Teniendo en cuenta que apenas dura 92 minutos, es ideal para aquellos que no estén dispuestos a tragarse una película larga. El argumento es decente, mientras que la trama está ya muy vista. Por su parte, los actores están a un nivel notable, dejando claro que ninguno de ellos requiere una interpretación de Óscar. En fin, un decente entretenimiento que con toda seguridad les gustará a los seguidores del actor protagonista a pesar de no tratarse de uno de sus mejores proyectos.