Esta película es como todos sabréis un remake de la cinta de terror del año 1988. Dejaré claro que aquel film ochentero me gusta porque es un clásico y siempre lo será. Pero he de admitir que esta nueva versión del muñeco diabólico me ha parecido muy buena. De hecho este film me ha resultado más entretenido que el de los años 80. Como era de esperar esta producción posee una historia con un ritmo mucho más rápido y un argumento algo diferente para ser una peli que se distinga de la otra. Pero ya basta de comparaciones. Antes de su estreno no estaba demasiado interesado en ir al cine a verla, pero cuando leí las buenas críticas por parte de algunos usuarios de Filmaffinity decidí que tenía que hacerlo. Y viendo lo mucho que me ha agradado está claro que no me equivoqué en mi decisión. Sin duda este Chucky es un asesino que no tiene nada que ver con el anterior muñeco psicópata. Este pequeño homicida de plástico tiene más recursos que un simple cuchillo para realizar sus atroces actos. Al ser en esta ocasión un verdadero juguete sin alma pero con un avanzado sistema operativo dispone de bastantes métodos para sembrar el terror de un modo más eficiente. Puede que a los amantes del cine clásico este nuevo Chucky no les guste por pura devoción hacia la esencia original del personaje. Es que la gracia está precisamente ahí. En no repetir la fórmula de antaño. Por eso agradezco que nuestro nuevo muñeco diabólico sea un acuchillador adaptado a nuestros tiempos. Los personajes están correctamente profundizados, al menos los dos principales. El resto no anda muy lejos del nivel interpretativo de los actores que encarnan a Andy y su madre, aunque el novio de esta última también es muy convincente. Los momentos de terror están muy bien y hay sustos de vez en cuando. Algunas escenas pueden resultar un poco desagradables por la sangre que sale en ellas. No diría que son gore, pero mucho no les falta para serlo.
En definitiva, este de aquí se trata de un muy buen remake y no decepciona en absoluto.