Al ver el trailer, está película resultaba ser muy interesante por la premisa que planteaba, que puede ser más terrorífico que ver a nuestro propio yo desdoblado en un ser malvado. Peele tenía buenos antecedentes con Get Out y su terror psicológico, pero en esta película todo se cae al ver la mala ejecución de la idea.
En primer lugar, te das cuenta a los 40 minutos de que el trailer ya te lo ha dicho todo y que vas a tener que comerte una hora y más de película viendo huidas y clichés de terror, cuando no una que otra broma que no viene al caso y que te saca de una película que mientras pasan los minutos, sabes en que acabará.
Un caso el ámbito actoral, solo exprimieron a Nyong’o y los demás están de relleno, solo para hacerla brillar más, el personaje del padre es una caricatura, que sirve para reforzar la idea de la mujer todopoderosa, tan a tono con la corrección política de hoy en día, por cierto que no me esperaba tanto de ello, y de la metáfora social que plantean muchos críticos, no encuentro ni un atisbo.
La historia es un sinsentido, da la impresión de que se fue construyendo con retazos de buenas ideas y de pronto les quedó un Frankenstein que solo iba a tener éxito por el buen nombre de director y actriz.