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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Wiispr:
7
Thriller. Acción. Comedia Baby (Ansel Elgort), un joven y talentoso conductor especializado en fugas, depende del ritmo de su banda sonora personal para ser el mejor en lo suyo. Cuando conoce a la chica de sus sueños (Lily James), Baby ve una oportunidad para abandonar su vida criminal y realizar una huida limpia. Pero después de ser forzado a trabajar para un jefe de una banda criminal (Kevin Spacey), deberá dar la cara cuando un golpe malogrado amenace su ... [+]
7 de abril de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Baby, un joven con una extraordinaria habilidad para conducir, se la pasa escuchando música en su I-Pod para tapar un zumbido que tiene en los oídos. Este es obligado a trabajar como chofer para distintos grupos de criminales hasta pagar una deuda con quién está a cargo de estos. En el camino, no solo pondrá en juego su vida sino también la de sus seres queridos.

En apariencia “Baby Driver” no llama demasiado la atención por su argumento, el cual probablemente haga que pasemos de verla si no somos asiduos al género o alguno de sus componentes. Si uno se arriesga a mirarla, va a darse cuenta rápidamente que la película juega con algo más que una simple historia. Esta se relega, o mejor dicho, se ajusta al servicio de un montaje estupendo y un sonido que marca el ritmo de una historia de crímenes muy bien sincronizada. Siendo esto parte del sello del director ingles Edgar Wright, estamos frente a lo que se podría considerar su película más madura. Quién haya visto alguno de sus trabajos (Shaun of the Dead, Hot Fuzz, Scott Pilgrim vs. The World, la serie Spaced, etc…) dará cuenta de lo que se fue superando hasta llegar a este último film.

Es muy difícil mantener un relato apoyado en canciones cada 2 minutos (o ni siquiera) sin caer en el aturdimiento o la desconcentración con lo que se está contando, pero acá funciona como una pieza más del relojito que es Baby Driver. Canciones que marcan el ritmo de las acciones (estupenda la sincronización que tienen algunos temas con los disparos, el conteo de billetes o incluso cuando alguien apoya un café sobre la mesa), canciones que determinan el pulso dramático de las situaciones y canciones que nos cuentan acerca del personaje, su ánimo y su historia. Hace mucho que no veo tan bien aprovechado ese recurso como en esta película. Hay una escena que es increíble como reúne todas estas cuestiones: Baby junto a la banda de turno, es obligado a parar por el café donde trabaja Débora, a quién intenta mantener al margen de este trabajo. Frente a la presión ingresa mientras suena “When something is wrong with my baby”, donde en pocos segundos la música complementa su estado de incomodidad y el ritmo cadente con el que ingresan al café, mientras que la letra describe el escenario emocional actual de nuestro protagonista. Todo encaja justo como una nota bien tocada.
Como si fuera poco, la música no se lleva el protagonismo de cada escena sino que a veces es desplazada a segundo plano de una forma muy estratégica e inteligente: en situaciones donde Baby se quita (o le quitan) uno o ambos auriculares, vemos cambiar nuestra percepción de la misma siendo parte de la audición de nuestro protagonista (hasta incluso llegamos a escuchar sus zumbidos). Esto contribuye a potenciar el punto de vista de quién lleva adelante la historia al incluir lo que se denomina “punto de escucha”.

Pero no solo de un gran trabajo de sonido y de una acertadísima banda sonora vive esta película sino también del montaje tan característico del director, donde abundan los raccord de todo tipo (Excelente la elipsis utilizando el logotipo de una pizzería, que salta del que está sobre el auto del delivery, al bordado en la camisa de quién lleva la pizza, y termina en el impreso sobre la caja, segundos antes de ser entregada), que dotan a cada escena de un dinamismo acorde al género y muchas veces conecta 2 objetos que ofrecen más de una lectura (Una ropa que da vueltas en la lavandería donde Baby tiene su primer acercamiento íntimo con Débora, que se convierte en un disco de vinilo de una canción que está escuchando él en su casa, mientras la interpreta producto de la alegría por el momento que tuvo con ella).

Por otra parte, la paleta de colores utilizada combina lo moderno con lo antiguo, cuestión que atraviesa gran parte del film en muchos aspectos. Por momentos parece que estamos a mediados del siglo 20 y por otros a finales del mismo y principios del 21. Una combinación de i-pods, vinilos, casettes, celulares con tapa, autos deportivos, autos clásicos, cafeterías de los 60, otras al mejor estilo Starbucks. Ni hablar de la música, que transita distintas épocas casi sin despeinarse. Un dejo de nostalgia que en palabras del autor, rememoran su costado melomano de la adolescencia, época que contribuyó a la selección de temas, el armado de varias escenas (Muchas escenas fueron pensadas en relación de la canción elegida y no viceversa. Por ejemplo, el director comentó que cuando escuchaba Bellbottoms de Jon Spencer, no podía dejar de imaginarse una persecución de coches con ella de fondo.) y la elección definitiva del casting (En su primera reunión con Ansel Elgort, se la pasaron hablando de música, lo cual fue clave para decantarse por él como su protagonista. A su vez, decidió que formaran parte varias personas vinculadas a la música como Flea de los RHCP).

Lo más “flojo” es el argumento y no porque sea precisamente malo, sino que se ve disminuido frente al gran trabajo de las demás áreas. Es correcto, simple y muy entretenido. Divide bien los momentos de tensión y los de acción, aunque quizás cerca del final tenga ciertos baches: Durante una secuencia donde los personajes de Ansel Egort y John Hamm se persiguen a muerte, que se me hizo un poco larga para el ritmo que venía manejando el film, o bien en su conclusión. Si bien no es un final que me haya desagradado, sus últimos minutos parecen querer evitar de forma casi desesperada un desenlace agridulce, de manera que las escenas parecen corresponder a otro tipo de película. Muy similar a lo que sucede en Scott Pilgrim vs. The World, otra de las pelis de este director.

Baby Driver es una pelicula que deja satisfechos a quiénes buscan algo para entretenerse, como también a los que buscan una bocanada de aire en el género o ver algo que no fuera una secuela o remake de las grandes franquicias.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Wiispr
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