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Voto de Cascayu:
8
6,2
1.173
Serie de TV. Animación. Comedia
Serie de TV (1994-1995). 26 episodios. Serie de animación de plastilina creada por ABC. La historia giraba en torno al Sr. Bumpy, un ser verde al que le gustaba la suciedad y decir tacos, lo contrario de su amigo Squishy, un ser azul que adoraba la limpieza y era bastante educado. Acompañados por una muñeca de trapo llamada Molly, su misión era defender a los niños de la casa en la que vivían de cualquier otro monstruo, entre los cuales ... [+]
28 de abril de 2013
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al igual que Barney Stinson, la experiencia vital acumulada con el paso de los años también me ha llevado a elaborar mis propias teorías sobre el funcionamiento del cosmos que nos rodea. Una de las que defiendo más férreamente es la de que la mayor herramienta de cohesión cultural que ha operado durante estas últimas décadas anteriores a la normalización de Internet entre los españoles pertenecientes a una misma generación han sido los dibujos animados. ¿No me cree usted? Busque a un cani de su misma quinta que viva en la otra punta del país, pregúntele por las series de su niñez y note según la conversación se anima y comience a sentirse como si estuviera hablando con un hermano como su mundo se tambalea al percatarse de que, a pesar de todo, posee algo en común con semejante individuo.
De la considerable lista de estas series que disfrute en mi infancia, en mi caso puramente noventera, hay algunas de las que no consigo evocar absolutamente nada, otras logro rememorarlas solo cuando me las mencionan, como si se abriera un cajón que hasta ahora permanecía cerrado en mi mente, de otras no tengo problema para recordar su nombre y más o menos de que iban, pero solo Bumpy el travieso llegó a quedar marcada de tal manera en mi cabeza que alrededor de quince años después soy capaz todavía de acordarme incluso de escenas totalmente nítidas y argumentos enteros.
Hoy Bumpy me ha vuelto a la mente y me he decidido a ver algunos episodios para intentar comprender la razón de semejante fijación con ella. Tras unas cuantas risas, casi tan frescas como las de los viejos tiempos, creo que he logrado comprender el por qué. La mayor parte de las series infantiles se limitan a tratar a los niños como seres mentalmente simples: argumentos sencillos, diálogos planos, personajes maniqueos y moralejas claras. Bumpy, siendo una serie claramente para niños carente de ningún tipo de elemento que pudiera escandalizar a un padre, te abría sin embargo un resquicio a algo más complejo adaptando una serie de ingredientes propios del mundo de los adultos (aventuras surrealistas y con tintes cinéfilos, un humor tirando a negro...) que aumentaban muy considerablemente su calidad sin desvirtuar su orientación al público infantil. Ahí radicaba su magia.
De la considerable lista de estas series que disfrute en mi infancia, en mi caso puramente noventera, hay algunas de las que no consigo evocar absolutamente nada, otras logro rememorarlas solo cuando me las mencionan, como si se abriera un cajón que hasta ahora permanecía cerrado en mi mente, de otras no tengo problema para recordar su nombre y más o menos de que iban, pero solo Bumpy el travieso llegó a quedar marcada de tal manera en mi cabeza que alrededor de quince años después soy capaz todavía de acordarme incluso de escenas totalmente nítidas y argumentos enteros.
Hoy Bumpy me ha vuelto a la mente y me he decidido a ver algunos episodios para intentar comprender la razón de semejante fijación con ella. Tras unas cuantas risas, casi tan frescas como las de los viejos tiempos, creo que he logrado comprender el por qué. La mayor parte de las series infantiles se limitan a tratar a los niños como seres mentalmente simples: argumentos sencillos, diálogos planos, personajes maniqueos y moralejas claras. Bumpy, siendo una serie claramente para niños carente de ningún tipo de elemento que pudiera escandalizar a un padre, te abría sin embargo un resquicio a algo más complejo adaptando una serie de ingredientes propios del mundo de los adultos (aventuras surrealistas y con tintes cinéfilos, un humor tirando a negro...) que aumentaban muy considerablemente su calidad sin desvirtuar su orientación al público infantil. Ahí radicaba su magia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sirva de ejemplo el capítulo de "La noche de los panes vivientes", uno de los favoritos de la mayoría de los que la veíamos según parecen apuntar las opiniones en la red, en el que, tras ser golpeada por un rayo y sometida a las radiaciones de un microondas, una olvidada tostada de pan acaba mutando en un monstruo dispuesto a acechar y devorar a los amigos de Bumpy. Para un chaval de mi edad, un cóctel de terror y comedia como nunca antes había visto.