'El hombre tranquilo' no podría gustar, creo, a nadie que no guarde en su ser algo de ingenuo, de soñador y, me atrevo a decir, de alma vieja.

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Es una película potencialmente censurable a día de hoy. Innisfree custodia con celo sus tradiciones, y entre ellas está que la mujer haya de aportar una dote al matrimonio en el que quedará subordinada al hombre. Lo insolente de la película es cómo muestra que bajo los parámetros morales más perseguidos hoy día la gente puede amarse, resolver sus asuntos, ser honesta y ser feliz.

John Wayne, en esta película, simboliza a todos los que hemos soñado alguna vez con retirarnos a algún limbo en el que todo sea prístino y puro, donde hasta la desgracia no deje de acontecer bajo los estrictos márgenes de una razonable amabilidad. El alcoholismo está presente, pero no daña; dos hombres se pelean y fijan amistosamente los tiempos. Entre asalto y asalto, brindan con cerveza negra.

En cierta manera, y quizás sin pretenderlo, John Ford rodó un paraíso imposible, en fulgurantes verdes y brillantes azules, donde algo no termina de ocurrir hasta que no es cantado por el pueblo.

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No me gustó la primera vez que la vi porque era muy joven para que me sedujese y puse, como es lógico, más atención a la comparativa de la estructura moral de Innisfree con la que se ratifica en el mundo real del siglo XXI. Sospecho, me irá gustando cada vez más conforme pasen los años.

Gracias.