Son, como mínimo, las que habría que suministrar al tito Schumacher por hacer semejante bodrio, que parte de premisas inverosimiles e inexplicadas (spoiler), provoca un aburrimiento atroz narrando con extrema torpeza una historia que deja la sensación de "esto ya lo había visto, pero bien hecho", y se burla del espectador con giros argumentales penosos y con absurdas disquisiciones sobre los números 2, 3, 23, 32, y la madre que los parió.
El Carrey le pone ganas, y la Madsen lo intenta: pero cuando un director limitado no sabe narrar con un minimo de fluidez y claridad, y el guión es un desastre que se basa en un argumento pillado por los pelos, jamás en la vida puede salír algo con siquiera un poquito de buen gusto y decencia.

23 son los años que el responsable de esta basura debería pasar en una celda acompañado por "Mister 32" (un mulato enorme experto en desembozos varios), y en las largas noches sin cerrar un ojo porque no se le abriese otro, podría reflexionar si esto del cine es verdaderamente para él, y si los espectadores merecen sufrír su incompetencia.