Transmitir verdad es algo que no siempre ocurre en el cine, mucho cine es puramente comercial y lo que ocurre resulta peliculero, increíble para el espectador, acabando por resultar lejano y dejando indiferencia sobre los problemas de los que pueda tratar.
En esta áspera mezcla de cine sobre la mafia y drama carcelario uno tiene la sensación de que la cárcel es así o algo parecido, que la cárcel más que rehabilitar a los delincuentes les completa la formación delictiva y que en muchos casos hay gente que no tiene opción, su camino está marcado y el sistema aplastará cualquier intento de transformarse en alguien decente.
Esta es la crónica de vida de un pobre diablo sin familia, de su corrupción personal y de su transformación en un delincuente.