Toda buena serie necesita su tiempo para que todo encaje. Viendo solamente los primeros capítulos uno puede pensar que se encuentra ante otro retrato más de la mafia, otro drama criminal para pasar el rato...nada más lejos de la realidad.
La complejidad de las tramas, de los retratos psicológicos profundos de todos los personajes tanto protagonistas como antagonistas, por su macabro sentido del humor, el carisma brutal de su protagonista, la auténtica falta de moralidad (por fin una serie que no juzga ni justifica a sus personajes, los retrata sin más, sin querer adoctrinarnos, sin darnos lecciones de moral, ni justicia divina, ni castigos ejemplarizantes ).
Su desarrollo es completamente imprevisible, su retrato sobre la falsedad de la gente, sobre la lealtad, sobre la paternidad....bufff, grande entre las grandes.
Aquí hay demasiadas cosas como para resumirlas en una sola crítica, la sensación de orfandad que deja una vez finalizada es prácticamente abrumadora.