Ya que vas a hacer propaganda, al menos hazla bien.
En este documental que pretende ensalzar la figura de Leonor de Borbón nos encontramos con varias cosas que llaman la atención:
1- Nadie la conoce. Todas las personas que hablan aquí dicen lo que les parece ella por aquella vez que la vieron en un acto público, o por una foto que salió en una revista. El desconocimiento sobre su figura es total y así no puedes hablar de nadie, ni bien ni mal. Critican la privacidad de la familia real española por no dejar que conozcamos a la futura heredera al trono, pero no consiguen sacar nada en claro sobre Leonor, salvo que es muy guapa, rubia y de ojos azules y que ya por eso es una princesa de cuento.
2- Toda la culpa es de su madre. Cuando se habla de algo bueno de Leonor es porque lo ha heredado de su padre, pero cuando se critica algo sobre cómo la vemos, cómo y cuando aparece o qué dice cuando ha podido hablar, todo son críticas a la actitud de la madre que, ojo, no conocemos y son todo conjeturas hecha por periodistas y Ana Rosa Quintana. Denostan la figura de su madre, no se ya si por ser mujer o por no pertenecer a la realeza, o por estar operada, o por haber trabajado, o porque no les gusta como mira a la gente.
3- Es completamente innecesario, prácticamente un tiro en el pie hacia una monarquía que no cuenta con el favor del pueblo, que no ha conseguido conectar con las nuevas generaciones y que poco a poco va perdiendo cada vez más apoyos. Este documental parece ser una huída hacia delante, un intento desesperado por dar una buena imagen pero que no lo consigue, se queda en nada, en propaganda vacía que ni a los más defensores de la monarquía podrá convencer.