La serie de Los Mercenarios ha ido evolucionando hacia una dulcificación de las tramas , la violencia y la acción para transformarse en una especie de "Equipo A" donde solo falta M.A., con el fin de captar un mayor sector de público, lo que les ha costado la finalización de la saga. Así en la primera, sin duda la mejor, las escenas de acción chorreaban sangre, visceras y brutalidad, aparte de unos buenos diálogos, en especial los de Mickey Rourke; la segunda, aunque bajó el listón, lo compensaba con un excelente villano, sádico y sin complejos, magnífico Van Damme, aderezado tabién de su dosis de litros de sangre en las escenas, asimismo el leit-motiv de la segunda era la venganza por el asesinato de uno de los compañeros.

Y llegamos a la tercera, objeto de esta crítica. En las escenas de acción, muy bien rodadas, han desaparecido los chorros de sangre y las visceras, los villanos mueren como en las películas del oeste de los años 50 o en la serie del Equipo A donde no moría nadie. El leit motiv es la venganza-light, el compañero no ha muerto como en la segunda, sino que yace malherido en el hospital. Mel Gibson parece inspirarse en Heath Ledger y su Joker, porque más que un sádico asesino como Van Damme parece un estrafalario personaje, histriónico y violento, pero poco realista. No obstante, me gusta la composición de Gibson.También tenemos a un graciosillo, Antonio Banderas, y continuas referencias a Bruce Willis, que no quiso participar porque pedía un pastón, pero su personaje, el Sr. Iglesia, está continuamente presente, siendo sustituido por un Harrison Ford que parece un clon de Tommy Lee Jones, siempre enfadado e iracundo en el filme.

La conclusión es que no es una película tan mala, las escenas de acción son espectaculares, de buena factura y bastante imaginativas (en especial las del edificio en ruinas) , aunque su guión es tremendamente rutinario y predecible. Que sean tres los guionistas sorprende, ya que un niño de seis años lo podía haber escrito. Pero es entretenida, que es de lo que se trata.

Su fracaso en taquilla posiblemente causará el fin de la saga. La echaré de menos.