Un futuro muy ye-yé y colorido, como todas las producciones de los Anderson, Gerry y Sylvia. Ellos fueron los artífices de las teleseries con marionetas así como clásicos televisivos de sci-fi como Invasión: UFO y Espacio: 1999. Un filme muy british.

Película de anticipación, en el que Europa no es una mera comparsa de los USA, aunque los alemanes ya estaban recortando presupuestos europeos, con toques de euroespionaje (que no vienen a cuento) y de ciencia-ficción más realista, en línea con la carrera espacial que en aquellos años se estaba produciendo, con la preparación de los astronautas (a los que les hacen unas perrerías que, francamente, no sé para que sirven), centros de control, tecnología raruna y cientos de botoncitos de luces, interruptores acompañados de líneas y líneas de jerga técnica. Pero lo que es el argumento, como la gaseosa, pierde rápidamente su fuerza una vez abierta. Una idea original, ya vista en los cómics Marvel - La Contratierra del Alto Evolucionador - que no saben aprovechar. Apenas hay emoción ni interés en el otro planeta. Además, lo trufan de problemas personales que a nadie interesan. Y eso que la situación nos podría recordar, en cierta manera, al "Planeta de los simios", rodada un año antes. La escena final nos resume el resultado de la película (ver spoiler). Al film, en su parte más interesante, le falta un hervor.

Curiosamente esta idea los Anderson la retomaron en un episodio de Espacio 1999.

En el apartado técnico, disfrutaremos de esas maquetas de naves y lugares que tan bien llevaban los Anderson, hoy en día deliciosamente obsoletas.

La película no tiene más que buenas intenciones y una original idea de partida. Pero pierde todo su interés en el momento más crítico.