Un cliché manido encima de otro hasta la estratosfera. Pero, aún y así funciona. Porque queremos ver como le pasan la mano por la cara al malo, con elegancia, pero se la pasan. Porque el malo es un arrogante estúpido y los protagonistas son la maravillosa familia WASP de buen corazón, donde una potranca coja ayudará a coser los desgarros del tejido familiar. Así, tendremos una piña, donde el padre y el abuelo volverán a reencontrarse, la madre será feliz mientras pone cafés en un drugstore y la niña llegará a presidenta de los EE.UU por el Partido Republicano, el de los valores tradicionales, no en vano trata a sus trabajadores mejicanos como iguales, por mucho que el malo no vea más allá de su cultura latina.

Una pena que actores tan buenos interpreten papeles tan tópicos. Casi parece una parodia. A veces esperas que salga alguien cantando detrás del establo y todo sea una chanza del equipo ZAZ. Pero no, la película es seria. Resulta especialmente penoso el papel supersecundario de la madre abnegada que le toca en suerte a una actriz como la Shue ¿No podían darle un papel más digno y con algunas líneas de diálogo? Es miserable emplear a una actriz así en un infrapapel como el otorgado. Y no hablemos de Russell, que parece como dopado para no mostrar ni su socarronería ni un atisbo de orgullo y personalidad. De hecho, los personajes están orientados a hacer de palmeros de una magnífica Dakota Fanning, sabedora ella que el resto del reparto son sus bufones.

Con todo, como la historia es de esas que sabes como van a acabar, muy parecida a "Acero azul" (otra de un niño con su padre y un combate desigual), la disfrutas, como placer culpable. Es tópica, pero a veces también se agradecen este tipo de películas, vas muy descansado sabiendo el final.