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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
3
Terror El inspector Bradford ha de investigar, esta vez, las apariciones causadas por el Dr. Acula (timador y espiritista) en la casa de los sauces. Considerada la secuela de "Bridge of the Monster". (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque rodada en 1959, las deudas impidieron que fuese estrenada y el laboratorio la retuvo hasta que, debido a la "popularidad" de Ed Wood como el peor director de la historia, un espabilado pagó las deudas y se hizo con la copia, estrenándola en video en 1984. De ahí vienen esos títulos iniciales tan poco serios, propios de algo risible.

Curiosamente lo de "peor director de la historia" viene de un libro que se publicó en los años 80, titulado "The Golden Turkey awards", no del filme de Tim Burton, aunque éste le dio otro empujón para que quién tuviese los derechos de sus filmes se forrase. Recuerdo que los vendían en la FNAC a unos precios prohibitivos, algo absurdo para unas películas tan atroces.

"Night of the ghouls" es otro sinsentido. Referencias continuas a su obra "The bride of the monster", en la película parece que todas las tomas fueron a la primera. Si no, no se explica la torpeza de muchas de las escenas, desde el arranque, donde un tal Criswell se incorpora en un ataúd de una manera forzada y declama fatal un texto que te das cuenta que está leyendo. Un guión bobo como tantas - hay muchas mucho más malas como, por ejemplo, "El ataque de las mujeres-araña"- pero lo que caracterizaba a los filmes de Wood eran esos detalles absurdos: el policia vestido de frac, el extraño y ridículo humor en la sesicón de espiritismo, el atrezzo infame, esa comisaría que parece la recepción de un odontólogo con una triste foto que pone "Se busca" -la foto es la de Ed Wood- o esos rótulos pintado a mano en la puerta del Comisario, ese campanario que suena donde apenas hay cuatro cruces mal puestas ¿Un campanario en un pantano?, ese uso de escenas de archivo, esa voz en off ominosa que solo dice tonterías, y un largo etcétera...

La película incluso se hace aburrida y difícil de seguir ante tantas absurdeces. Te pierdes. Tenemos la presencia de dos presuntos fantasmas - la mujer de negro y la mujer de blanco- pero no te cuentan nada de uno de ellos. Y si la pretensión es verla para reírse de ella, pues tampoco cumple su función. Es demasiado lenta y confusa. Por cierto, no aparece ningún "Ghoul", que según Lovecraft son esos muertos vivientes que comen cadáveres en los cementerios.

Eso sí, repiten sus más fieles como Tor Johnson, un actor sueco indescriptible, proveniente de la lucha libre.
Quinto Sertorio
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