"Amores, enredos y una boda", la "nueva" película sobre fechas nupciales con un elenco reconocible y con una historia de elementos ya vistos. Esta vez, Debra Messing interpreta a Kat, una joven que, por la boda de su hermana, contratará a un acompañante, Dermot Mulroney, para celar a su ex-novio Jeff. Gracias a esa premisa que no se revela de una forma tan impávida, el filme mantiene unos 10 minutos iniciales más que aceptables.

Posteriormente, cuando llegamos a las fiestas pre-matrimoniales, la película cae en picada. Primero que nada, tenemos a dos protagonistas diseñados en fábrica, no hay emociones reales, franqueza o verdad en ellos. Uno, incluso, tiene que escarbar muy profundo para hallar la comedia entre los personajes; puede que haya algún momento que pretende despertar la risa, como el discurso de Bunny, la conversación entre Víctor y Nick o todo el tercer acto, no obstante, los intentos se transforman en algo genérico, mentecato y repetitivo. Lo más ambicioso e innovador que intenta hacer con la comedia son las escenas de borracho, pues ni los diálogos tienen lo suficiente. Además, cabe una mención para Amy Adams, cuyo personaje se concibe como el estereotipo de muchacha emocionada porque va a casarse que es muy chillona, sensible pero bonita, (como Annie en "Rumor has it..." o Tess en "27 Dresses").

Se supone, además, que cada personaje aprendió algo, lástima que dichas lecciones no son más que moralejas intrascendentes y transeúntes que nunca son demostradas en acción. Por poner un ejemplo, la lección para Kat es no preocuparse por la opinión de los demás, pero cuando uno rebobina la cinta, se dará cuenta de que Kat nunca demuestra tener un actitud indiferente ante los pensamientos ajenos, sólo es un arreglo del libreto para que parezca que la historia es menos vacía de lo que, en verdad, es.

En el caso de Nick, Dermot Mulroney intenta llevar sus encantos carilindos hacia el espectador, el problema es que ese galán es demasiado irreal. Todo lo maneja con calma, siempre dice el comentario correcto en el momento adecuado y lo máximo que podemos saber de él es que odia las anchoas. En resumen, es perfecto y esto no es siempre algo bueno en las películas. Detrás de esa fachada de guapo, no hay más que un histrión impersonal.

Lo más salvable dentro de este filme en naufragio, es el diseño de producción, los vestuarios y todo lo estético. No es que se consiga un estilo distintivo o sobresaliente, sin embargo, a lo que esto refiere, la cinta lo trabaja muy bien con buenos trajes y vestidos. Y como algo que podría haber andado, debo destacar que Jeff mínimamente intenta crear un personaje con dualidad pero se queda a mitad de camino por su constante irrelevancia.

En definitiva: Pocos caracteres para muchos personajes, lo cual hace que esto sea una obra menor, repetitiva, impersonal e inmersa en la comedia poca elaborada.

Calificación: 4/10