No voy a molestarme en dar una crítica larga. No merece la pena. Sólo decir que al salir del cine tenía ganas de tener delante mío a sus creadores, con el payaso de Nolan a la cabeza, y darles una bronca y obligarles a que me dieran los 7 euros de la entrada.
A mí me gustan films como Sacrificio, Delitos y faltas, Heat o Fresas salvajes. Lo digo para que quede claro que no pierdo la cabeza por pelis como Niños grandes o Sexo en NY 2. He visto miles de pelis, pocas veces me he sentido tan estafado como con este bodrio pretencioso, deshonesto y ridículo. Una trama argumental que empieza dando alas a los sueños, porque los sueños tienen toda la libertad, para luego poner normas y reglas. Hasta la música de Hans Zimmer, siempre maravillosa, da asco oírla en esta porquería. Si quitas la estruendosa música la película te deja dormido a los veinte minutos.
¿Arquitectura de los sueños, proyecciones, sueños dentro de sueños, buscar chorradas secretas dentro de los pensamientos? ¡venga ya!, es una basura con forma de cine.