En lugar de las fábulas de muñecajos estilo cartoon, esta película la lleva al hiperrealismo con un despliegue visual absolutamente impresionante. La banda sonora acompaña a la espléndida estética, en una sucesión de momentos de lo más épico... y eso que se trata de lechuzas. La han criticado por no tener las típicas chanzas dirigidas al público infantil, mientras que yo aprecio este intento de abarcar otro tipo de público, si bien no está muy claro cuál; es difícil salirse de las líneas marcadas tan profundamente por grandes estudios como Pixar.

Lo duro de mi crítica vendrá por otros lares, y es que el guión, si obviamos a nuestros emplumados protagonistas, es bastante convencional en una guerra entre el bien y el mal al uso. Pese a lo adorable que puede resultar de por sí una lechuza, estas no me despertaron mucha simpatía, y ni siquiera recuerdo los nombres de los personajes un minuto después de los créditos: me resultaron insulsos, con poca personalidad pese al buen diseño y estética de cada uno, y al parecer pocos tenían algo memorable que decir. Con esta impecable cobertura técnica, el guión podría haber tenido la enjundia suficiente para llevar la película a otro nivel, pero supongo que esto es difícil si no tienes claro quién quieres que la vea. Algo más en spoiler.