Buena película en donde Juliette Binoche interpreta a una trotamundos que va de aquí para allá con su hija y que un buen día decide establecerse en un pequeño pueblo de Francia; allí, abre una chocolatería que será la delicia de los habitantes de la localidad.

Con tanto chocolate, que no para de aparecer en numerosas escenas, uno desearía levantarse y poner la pausa a la película y llenarse la boca de chocolate. Es deliciosa.

Me molesta la actitud tan retrógrada de los habitantes del pueblo, los cuales no quieren comer dulces porque, simplemente, se encuentran en el estúpido periodo de la Cuaresma; pero la encantadora Juliette les hará ver las cosas de otra manera seduciéndoles con este manjar tan dulce.

En fin, véanla para deleitarse con interpretaciones de buenos secundarios como Johnny Depp, Judi Dench o Alfred Molina y para ver el sorprendente poder del chocolate.