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Voto de Rodión:
9
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14.896
Ciencia ficción. Drama. Intriga
En un lugar de Rusia llamado "La Zona", hace algunos años se estrelló un meteorito. A pesar de que el acceso a este lugar está prohibido, los "stalkers" se dedican a guiar a quienes se atreven a aventurarse en este inquietante paraje. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como en los libros, la verdadera ficción ocurre en nuestra mente al ver esta película. La misma, no es más que código fuente a ser compilado y ejecutado por nuestro cerebro, como si máquinas fuéramos ejecutando software.
Doy mi interpretación en el spoiler.
Doy mi interpretación en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
No voy a decir nada sobre la parte técnica, la imagen es un relato genial, no hace falta ser un instruido en el cine para dejarse llevar no por la acción o los diálogos en sí, sino que si fuera muda, la cámara de por si nos contaría gran parte de la historia, el desborde de información está en lo visual. Agradezcamos que hay poca "acción" para que nada nos interrumpa el poder observar humildemente y callados el drama del Stalker.
Bien, dejando de lado la metafísica y cuestiones filosóficas varias, lo veo más simple, y por ello genial, ya que es la representación de un drama universal camuflado de ciencia ficción, lo que lleva a que más de uno entre equivocadamente ver esta película, esperando encontrar un mundo de fantasía o acción si se quiere, y nada más alejado.
Yo interpreto que La Zona, es un mito, un lugar donde ocurrió un desastre, supongamos nuclear o biológico, que ha sido distorsionado por la propaganda del gobierno, que nunca aceptaría una tragedia similar, y menos en un sistema totalitario, por ello el impacto de un meteorito o la idea de un ser superior extraterrestre ("el regalo") habitando en La Zona, no es más que propaganda del gobierno para ocultar la muerte de miles por sus propios errores. Los tanques oxidados, no son más que recuerdos del pasado, cuando el gobierno encerró a la población a la fuerza para que no salga de La Zona, quizás una guerra civil también ocurrió.
En este contexto, luego de años, de generaciones, nos encontramos con un "Stalker" con ciertos desvaríos, trastornado por el hambre, la miseria, la tragedia, la humedad, en fin, un personaje que le dio un sentido existencialista al trabajo de "guía", que ha rodeado de una mítica el trabajo de una persona que por dinero, lleva a clientes en busca de aventuras a La Zona. Algo así como si hoy en día fuéramos a Chernóbil.
Por lo dicho, en La Zona no hay nada extraño, nada cambia, no hay peligros más que morirse por radiactividad, de hambre o por un derrumbe de una construcción vieja. Todo está en la mente del Stalker.
Por ello tanto el científico, como el escritor, al transcurrir la historia, cada vez están más rebeldes y poco temerosos de La Zona, porque saben que no hay tales consecuencias "sobrehumanas".
El científico, cuando vuelve por su mochila, pese a la advertencia del Stalker de que no puede regresar nunca por el mismo lugar, nada le pasa, es más, se les adelanta en el recorrido y los encuentra luego.
El escritor, cuando acepta ir adelante (luego del sorteo de los fósforos o palitos), sabe que el Stalker hizo trampa, y lo mandó a propósito primero porque hay más riesgo, continua sin mayor problemas, a pesar que luego cruza una puerta "peligrosa" y nada le pasa, más que tropezarse en la arena.
El científico, llama por teléfono y discute con un colega, claramente el colega sabe que la zona son puro cuentos, que destruiría la carrera del científico. El científico incrédulo al principio, piensa que lo dice por venganza por haberse acostado con su esposa en el pasado. Luego entiende que fue victima de un cuento, venia a buscar una zona que era la felicidad de la humanidad, a destruirla (por temor que esto opaque la ciencia), pero luego desiste, ya que no existe.
El escritor lo sospecha desde mucho antes, solo hasta el final lo cuestiona en voz alta. Sabe que La Zona no le ha perdonado la vida, entiende que todo es superstición del Stalker que vive en su propia novela, con miedo, con la necesidad de que un ente superior lo comprenda y salve de su horrible existencia. Como todo escritor, el también es Dios de personajes ficticios, como lo ha planteado Miguel de Unamuno en "Niebla".
Tanto el escritor, como el científico, no cruzan al "cuarto de los deseos", simplemente porque se dan cuenta que nada existe, no hay necesidad.
Al final el Stalker decepcionado por la incredulidad de sus clientes pierde en notar que la magia estaba mucho más cerca, en su hija "mutante", que después de todo, es un producto de La Zona.
Bien, dejando de lado la metafísica y cuestiones filosóficas varias, lo veo más simple, y por ello genial, ya que es la representación de un drama universal camuflado de ciencia ficción, lo que lleva a que más de uno entre equivocadamente ver esta película, esperando encontrar un mundo de fantasía o acción si se quiere, y nada más alejado.
Yo interpreto que La Zona, es un mito, un lugar donde ocurrió un desastre, supongamos nuclear o biológico, que ha sido distorsionado por la propaganda del gobierno, que nunca aceptaría una tragedia similar, y menos en un sistema totalitario, por ello el impacto de un meteorito o la idea de un ser superior extraterrestre ("el regalo") habitando en La Zona, no es más que propaganda del gobierno para ocultar la muerte de miles por sus propios errores. Los tanques oxidados, no son más que recuerdos del pasado, cuando el gobierno encerró a la población a la fuerza para que no salga de La Zona, quizás una guerra civil también ocurrió.
En este contexto, luego de años, de generaciones, nos encontramos con un "Stalker" con ciertos desvaríos, trastornado por el hambre, la miseria, la tragedia, la humedad, en fin, un personaje que le dio un sentido existencialista al trabajo de "guía", que ha rodeado de una mítica el trabajo de una persona que por dinero, lleva a clientes en busca de aventuras a La Zona. Algo así como si hoy en día fuéramos a Chernóbil.
Por lo dicho, en La Zona no hay nada extraño, nada cambia, no hay peligros más que morirse por radiactividad, de hambre o por un derrumbe de una construcción vieja. Todo está en la mente del Stalker.
Por ello tanto el científico, como el escritor, al transcurrir la historia, cada vez están más rebeldes y poco temerosos de La Zona, porque saben que no hay tales consecuencias "sobrehumanas".
El científico, cuando vuelve por su mochila, pese a la advertencia del Stalker de que no puede regresar nunca por el mismo lugar, nada le pasa, es más, se les adelanta en el recorrido y los encuentra luego.
El escritor, cuando acepta ir adelante (luego del sorteo de los fósforos o palitos), sabe que el Stalker hizo trampa, y lo mandó a propósito primero porque hay más riesgo, continua sin mayor problemas, a pesar que luego cruza una puerta "peligrosa" y nada le pasa, más que tropezarse en la arena.
El científico, llama por teléfono y discute con un colega, claramente el colega sabe que la zona son puro cuentos, que destruiría la carrera del científico. El científico incrédulo al principio, piensa que lo dice por venganza por haberse acostado con su esposa en el pasado. Luego entiende que fue victima de un cuento, venia a buscar una zona que era la felicidad de la humanidad, a destruirla (por temor que esto opaque la ciencia), pero luego desiste, ya que no existe.
El escritor lo sospecha desde mucho antes, solo hasta el final lo cuestiona en voz alta. Sabe que La Zona no le ha perdonado la vida, entiende que todo es superstición del Stalker que vive en su propia novela, con miedo, con la necesidad de que un ente superior lo comprenda y salve de su horrible existencia. Como todo escritor, el también es Dios de personajes ficticios, como lo ha planteado Miguel de Unamuno en "Niebla".
Tanto el escritor, como el científico, no cruzan al "cuarto de los deseos", simplemente porque se dan cuenta que nada existe, no hay necesidad.
Al final el Stalker decepcionado por la incredulidad de sus clientes pierde en notar que la magia estaba mucho más cerca, en su hija "mutante", que después de todo, es un producto de La Zona.