Dejando a un lado mitos y leyendas, considero esta película interesante por su tercera historia, "La gota de agua". Sin duda, la más personal y terrorífica y donde Bava se anticipa al terror de los 70. Logra la sugestión solo a través de luces, sombras y expresiones faciales. Las dos primeras historias son ciertamente más convencionales, no poseen una atmósfera tan característica. Quizás no se pueda criticar a Boris Karloff, pero lo encuentro sobreactuado, sabiéndose un mito. Y esto funciona si lo valoramos como maestro de ceremonias, pero en su papel de actor en la segunda historia no consigue aterrorizar, parece que solo muestra una sola expresión, no confiere matices a su personaje.