Cuando apareció 'Bienvenidos al norte', sinceras sonrisas se multiplicaron por Francia y un buena parte de Europa con un humor algo naif, relativamente original y buenos actores.

Ahora que se ha matado a la gallina de los huevos de oro de los 'ocho apellidos', sin importar del país de Europa que hablemos, las tramas se han vuelto más baratas, previsibles, tópicas y llenas de clichés. Misión País Vasco entra en ese renglón, sangrante, del cine geográfico que tanto daño está haciendo al manido concepto de "cultura europea".

Ni una mísera gracia, topicazos y choques culturales entre la parisina y los vascofranceses -que no son tal, porque los 'vascos' de la película ni son ni han crecido en Iparralde-, salpican una hora y media de despropósitos que tristemente no tiene visos de acabar hasta que no se haya caricaturizado a una región tras otra.

Como será de mala que hasta los Ocho apellidos vascos es notablemente mejor que esta infumable Misión País Vasco. Al menos en nuestra versión sí actúan vascos, que es algo que, llámenme suspicaz, es algo que se le presupone a una película de topicazos culturales sobre vascos.