Me ha parecido una película muy trabajada, inteligentísima y sobre todo tierna.
Relata la relación de amistad por carta que se establece entre Mary, una niña marginada e infeliz y Max, un cuarentón neoyorquino con problemas psiquiátricos. Ambos personajes viven en mundos diferentes al resto de sus vecinos. La imaginación y la falta de ella están tan bien narradas que son entendibles por el espectador desde el principio, contagiándote de un sentido empático desbordante. Por eso es tan tierna. Además, ambos son muy buenos, de las personas que invitaría a mi cumpleaños.
Todo ello en animación, con una puesta en escena meticulósa, con mucha fuerza visual y pequeños detalles artísticos que le dan un sello muy personal. El simbolismo con los colores, que representan el mundo de uno y otro y la mezcla entre ambos es muy inteligente, como lo es el sentido del humor que invade toda la película, convirtiéndo las escenas en un constante subibaja de emociones.
El ritmo narrativo es comparable al de Amelie -película a la que podría ser muy comparable-. El narrador lleva el hilo pero constantemente está ayudado por pequeños flash-backs, muchos de ellos inverosímiles o de toque subrealista, que le dan mucha frescura a la película.
Para mí ha sido un placer verla, y le agradezco a filmaffinity poder descubrir pequeñas joyas como estas.