Una vez al año… es costumbre muy sana ver esta obra maestra, por la alegría y la magia contagiosa que desprende. Casi todo en ella es… simplemente… perfecto: la forma en que convierte un drama con mayúsculas en una grandísima comedia y en todo un himno a la alegría; las coreografías, excelentes y admirables; lo bien que hace de estúpida Jean Hagen (Lina Lamont); uno de los mejores secundarios que he visto nunca, Donald O´Connor, igualando, y a veces superando, al protagonista, por su simpatía y espontaneidad; y, como punto álgido, la escena inolvidable y celebérrima de Singing In The Rain, que quedará para siempre en la memoria, no solo de los cinéfilos, sino de cualquier mínimo aficionado al cine. A riesgo de que se me tome por pretencioso (no es ésa mi intención) a esa escena yo le hubiera añadido, al final, la imagen emocionada de Kathy (Debbie Reynolds) mirando desde una ventana el baile que acaba de realizar Kelly; creo que hubiera sido una buena guinda a tal maravilla de la danza.
No tan buenas, pero geniales también son otras escenas de baile, como la divertida, gamberra e hilarante Moses Supposes; Y la de Donald O´Connor en Make´em Laugh. Ambas hubieran realzado y magnificado cualquier película en las que se hubiesen incluido.
Como puntos negativos mencionaría uno chiquitín y otro muy grande (en mi humilde opinión, claro). El primero es el tempo en que se desarrolla la canción Singing In The Rain al principio de la peli. Esa enorme velocidad desluce la maestría de tal composición. En cambio, en la escena del baile bajo la lluvia, sí que el tempo es el adecuado para saborearla en todo su esplendor. Y lo único que no me gusta nada de nada es la escena de Broadway, por lo aparatosa y extensa que es. No es que en sí misma me parezca mal, porque está muy bien coreografiada y dirigida, pero no aporta nada a la película, y me da la impresión de que está destinada únicamente al lucimiento de Gene Kelly; innecesario, por otra parte, porque no puede haber mayor lucimiento que la escena bajo la lluvia. Además, y es lo que creo más grave, rompe el ritmo del resto; se podría eliminar y la película no se resentiría. Tiene entidad suficiente para ser un corto independiente estupendo.
Por ese motivo mi voto es un 9 y no un 10, pero no cambia en nada mi pensamiento de que la historia del cine se resentiría si no existiera esta obra maestra.