La productora Universal Pictures compró los derechos de autor de la película La Jetée de Chris Marker, al principio tenían pensado en hacer una versión de esta pero de mayor duración, pero David y Janet Peoples decidieron escribir una historia con gran influencia a esta pero con ligeras modificaciones, sin querer hicieron una obra maestra, claro, esto no hubiera sucedido si no fuera por Terry Gilliam, que plasmó el guión de una manera tan impecable.

El planeta es infestado por un extraño y poderoso virus que mató una gran cantidad de la población humana, los sobrevivientes dejaron la superficie y se refugiaron en el subterráneo, ahora la superficie solo era para los animales que al parecer eran inmunes al virus. Un grupo de científicos le da una oportunidad a un prisionero llamado James Cole (Bruce Willis): debe volver al pasado al año 1996 para conseguir una muestra del virus para que así puedan conseguir un antídoto, si es que lograba superar la misión, sería libre de nuevo. En el intento regresa al pasado pero al año 1990 donde conoce a dos personas claves: la psiquiatra Kathryn Railly (Madeleine Stowe) y un loco llamado Jeffrey Goines (Brad Pitt) -Angelina Jolie ya había demostrado que podía hacer una actuación sobresaliente interpretando a una loca, pero Brad también se lució, en esta ocasión, qué nivel de insanidad carajo, par de locos de mierda-.

El ritmo de la película es estupendo. No es la típica película de ciencia ficción previsible, al contrario, es un dolor de cabeza hasta para el más cinéfilo, el final me sorprendió, conchasumadre, impecable: por más que trates de cambiar el futuro, será en vano, no lo conseguirás. Para terminar, genial el guiño que le hicieron a Hitchcock, en aquella escena del cine en donde James y Kathryn veían "The Birds".